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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 14 - JUNIO 2019
rrollo e investigaciones sobre la
implementación de las IIMM en la
escuela, demostrando su eficacia
mejorando, entre otros aspectos,
la convivencia (Bisquerra, 2000), la
creatividad (Dolera, 2015) y el ren-
dimiento escolar (Alvarez-Osuna,
2016).
Si bien es cierto que se han lle-
vado a cabo un gran número de
proyectos sobre IIMM en las aulas,
la mayoría de ellos queda reserva-
do para momentos aislados, como
las horas de tutoría por parte de
los orientadores, y se centran úni-
camente en el trabajo de la inteli-
gencia intra e interpersonal , siendo
muy difícil la implicación real de
todas las inteligencias (Jiménez,
2014).
A su vez, diversos expertos han
analizado las investigaciones rea-
lizadas en diferentes países, las
cuales ponen de manifiesto
la in-
uencia en el ámbito escolar en
factores tales como las habili-
dades emocionales en el ajuste
psicológico, en el rendimiento
académico y en la adaptación en
el aula
(Extremera y Fernández-Be-
rrocal, 2003). De estas investiga-
ciones se desprende la importancia
de trabajar la inteligencia emocio-
nal como mecanismo para prevenir
conductas disruptivas, comporta-
mientos violentos y mejorar el au-
toconcepto de los alumnos.
Es importante resaltar que, si
bien con estos programas de me-
jora de la inteligencia emocional se
persigue solventar los problemas
que a menudo dificultan el normal
discurrir de las clases, su beneficio
no queda ahí, ya que el fruto del
entrenamiento de esta inteligencia
marcará al alumnado una vez fina-
lice su escolarización viéndose be-
neficiada toda la población.
Desarrollo de
la Inteligencia
Emocional
A la hora de trabajar la inteligencia
emocional en las aulas, hemos de
comprender la amplitud de su con-
cepto, sabiendo que, según Gole-
man (19995), podemos dividirla en
5 componentes: autoconocimiento,
autorregulación, motivación, em-
patía y habilidades sociales.
• Autoconocimiento:
Como su
propia palabra indica consiste
en conocerse a uno mismo, las
propias aptitudes, preferencias,
y reconocer los propios esta-
dos internos. Una buena forma
de trabajarlo en las aulas es
mediante un
diario de emocio-
nes
, en cual los alumnos deben
apuntar las emociones diarias
que sienten a lo largo del día y,
posteriormente, analizar en cla-
se las situaciones que las han
acompañado. Será necesario
repasar previamente un vocabu-
lario básico de emociones con el
alumnado para el éxito de esta
técnica.
• Autorregulación:
Consiste, no
en conocer, sino en saber mane-
jar nuestros propios estados in-
ternos. Para trabajar la autorre-
gulación el profesor propondrá
múltiples situaciones cotidianas
problemáticas con
dos posibles
soluciones
, una violenta y otra
pacífica. El alumnado deberá
plantear hipótesis sobre las con-
secuencias de ambas posibles
decisiones.
• Motivación:
Son las tendencias
emocionales que solemos apli-
car a las dificultades que nos en-
contramos, siendo fundamental
para construir logros a largo pla-
zo. Para trabajar la motivación
todos los alumnos deberán
es-
cribir una cualidad única
y que
le diferencia del resto de cada
compañero de la clase para, pos-
teriormente, ser puestas todas
en común.
• Empatía:
Es la capacidad de cap-
tar sentimientos e intereses aje-
nos. Para trabajarla en el aula lo
mejor es
promover situaciones
en las que el alumnado deba
salir de “sus zapatos”.
Un buen
recurso consiste plantear hipó-
tesis describiendo sentimientos,
objetivos y quehaceres diarios
de personas que ven en su día
a día, como el chófer del auto-
bús, la persona que duerme en el
banco, el camarero o el celador.
• Habilidades sociales:
Estas ha-
bilidades son las necesarias para
conseguir las respuestas desea-
das en los demás, a menudo se
les acusa a los jóvenes de no
tener las suficientes habilidades,
pero requieren de una práctica
diaria y constante y la falta de