Previous Page  31 / 64 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 31 / 64 Next Page
Page Background

31

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 16 - DICIEMBRE 2019

daimones, genios o tulpas... Qué más da

cómo los llamemos. En realidad se trata

de etiquetas que enmascaran una igno-

rancia absoluta sobre ese «otro lado» del

que nos hablan todas las culturas (…).

Alguien de aspecto humano que sin em-

bargo irradiaba algo invisible y poderoso

que lo hacía diferente a nosotros. Justo

como esos mensajeros sobre los que he

escrito en El ángel perdido

(Sierra, 2013:

19-20).

• Grandes personalidades

y civilizaciones de la

Historia

El mundo era entonces un lugar hostil,

cambiante, un infierno de arenas move-

dizas en el que quince siglos de cultura y

fe amenazaban con derrumbarse bajo la

avalancha de nuevas ideas importadas de

Oriente. De la noche a la mañana, la Gre-

cia de Platón, el Egipto de Cleopatra o las

extravagancias de la China explorada por

Marco Polo merecían más aplausos que

nuestra propia historia bíblica.

Aquellos fueron días convulsos para la

cristiandad. Teníamos un papa simonía-

co –un diablo español, coronado bajo el

nombre de Alejandro VI, que había com-

prado con descaro su tiara en el último

cónclave–, unos príncipes subyugados

por la belleza de lo pagano y una marea

de turcos armados hasta los dientes a la

espera de una buena oportunidad para in-

vadir el Mediterráneo occidental y conver-

tirnos a todos al islam

(Sierra, 2011b: 13).

• La Biblia

- De los cuatro Evangelios que conoces,

sólo el de Lucas da noticia del misterioso

embarazo de la estéril y anciana Isabel.

¿La reconoces? Es esa mujer con turban-

te de ahí. Pues bien, Lucas nos confía su

peripecia muy al principio de su libro. Dice

que el ángel Gabriel se apareció a Isabel,

esposa del sacerdote Zacarías, y le dio la

noticia de que estaba preñada del futuro

Juan el Bautista. Imagínate la reacción de

su marido. ¡Los ángeles habían llamado a

su puerta y le habían dado el vástago que

la naturaleza les había negado en años de

matrimonio...!

(Sierra, 2013: 25).

• Lo paranormal (el ejemplo

de la bilocación)

Carlos transcribió aquella historia en su

cuaderno y añadió en los márgenes algu-

nas anotaciones. Ese era pasaje del «in-

forme Benavides» que podía ser atribuido

a una monja bilocada (de hecho, se men-

cionaba a una desconocida para Carlos:

la madre Luisa de Carrión); pero dejaba

abiertas un sinfín de nuevas dudas (…).

Pero es que, aun admitiendo que sor Ma-

ría Jesús de Ágreda se hubiera apareci-

do a «más de 2.600 leguas de España»,

¿dónde habría aprendido aquella buena

mujer a comunicarse con los indios en

sus propias lenguas? ¿Era este otro pro-

digio a sumar al de la bilocación? Por otra

parte, ¿no se parecía aquella descripción

de Benavides más a una aparición de la

Virgen que a algo tan raro como una bilo-

cación?

(Sierra, 2015: 191).

Durante el proceso lector se va

labrando un diálogo con el texto

mediante el cual la persona será ca-

paz de responder a muy diferentes

situaciones comunicativas. El indi-

viduo que convive asiduamente con

la lectura será alguien con grandes

dotes de autonomía, respuesta y

madurez lingüística, con un cono-

cimiento intrínseco notable y en au-

mento, así como alguien solvente

en la argumentación y en el razo-

namiento.

Son estas algunas de las propie-

dades que regala la lectura a quien

se aproxima a ella, de ahí que des-

de estas líneas aprovechemos para

volver a reincidir en su importancia.

No entiende de edades, ni de luga-

res para su práctica, sino que ella

acoge a todos sin excepción, amén

de que le gusta recibir a personas

de muy corta edad para no separar

sus caminos hasta el fin de los días

de la vida humana.

• Bloom, H. (2000).

Cómo leer y por qué

.

Barcelona: Anagrama.

• Colomer, T. (1997). La Enseñanza

y el Aprendizaje de la Comprensión

Lectora. Signos.

Teoría y práctica de la

educación

, 20, 6‐15.

• Fornell, A. (2009). Las Epístolas de

Plinio el Joven como fuente para el

estudio de las Uillae romanas.

Circe

,

13, 139‐155.

• Garrido, F. (1998).

Cómo leer (mejor)

en voz alta. Una guía para contagiar la

afición a leer.

México DF: Fundación

Mexicana para el Fomento de la

Lectura.

• Lasso, R. (2009).

Importancia de la

lectura.

Ciudad Juárez: Ed. Universidad

Autónoma de Ciudad Juárez.

• Martínez, J. (2004). El valor de

la lectura como instrumento de

aprendizaje.

Puertas a la lectura,

17,

88‐91.

• Mendoza, A. (1995).

De la Lectura a la

Interpretación.

Buenos Aires: A‐Z.

• Mendoza, A., López, A. y Martos, E.

(1996).

Didáctica de la Lengua para

la Enseñanza Primaria y Secundaria.

Madrid: Akal.

• Oliva, J. (2017). Javier Sierra: «Quería

despertar el fuego lector».

Diario

Información

. Recuperado de:

https://

www.diarioinformacion.com/

cultura/2017/10/17/queria-despertar-

fuego-lector/1946999.html.

• Salazar, S. y Ponce, D. (1999). Hábitos

de lectura.

Biblios: Revista electrónica

de bibliotecología, archivología y

museología

, 2, 1-6.

• Sierra, J. (2011a).

El ángel perdido

.

Barcelona: Planeta.

• Sierra, J. (2011b).

La cena secreta

.

Barcelona: Planeta.

• Sierra, J. (2013).

El maestro del Prado

y las pinturas proféticas

. Barcelona:

Planeta.

• Sierra, J. (2015).

La dama azul

.

Barcelona: Booket.

• Sierra, J. (2017).

El fuego invisible

.

Barcelona: Planeta.

Referencias Bibliográficas

Sánchez Ortega, J.J. (2019, diciembre). La

lectura como garantía de conocimiento: Un

acercamiento a la pluma de Javier Sierra.

Campus Educación Revista Digital Docente

,

Nº16, p. 27-31. Disponible en: https://www.

campuseducacion.com/revista-digital-

docente/numeros/16/

Cómo citar: