35
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 10 - JUNIO 2018
hincapié en los siguientes elemen-
tos:
• Observación de la realidad por parte
del alumnado,
• Respeto por los ritmos y estilos de
aprendizaje de los estudiantes,
• Adaptación al ámbito emocional y
cognitivo,
• Consideración de la dimensión hu-
manista,
• Respeto por la curiosidad e inquie-
tudes de los alumnos,
• Utilización educativa de los recursos
tecnológicos, etc.
Veamos, sin más dilación, cómo
el juego contribuye, en la asignatu-
ra de Religión, a fomentar valores y
asimilar contenidos, los cuales ha-
rán posible que el alumnado tenga
un bagaje cultural que le llevará, si
no a creer en Dios, al menos sí a
valorar la bondad del ser humano,
independientemente del sistema de
creencias.
El juego y su
fundamentación
filosófica
En general, los programas de las
diferentes asignaturas están muy
alejados de los planteamientos lú-
dicos de la enseñanza. La mayor
parte del profesorado se limita a
cumplir con un programa didáctico
que le imponen las instancias supe-
riores, y los alumnos se limitan a
repetir esquemas obsoletos que no
se corresponden con la realidad de
la sociedad en la que viven, siendo
ésta una de las muchas razones por
las cuales el alumnado desconecta
de las explicaciones del docente.
Una vez los estudiantes terminan
la Educación Secundaria Obliga-
toria, apenas realizarán ejercicios
de tipo morfosintáctico o compli-
cadas operaciones matemáticas.
Los citados ejercicios son sólo
actividades que se enseñan en las
aulas, pero que no tienen ninguna
función práctica en la realidad. El
plan didáctico ideal en las enseñan-
zas medias debería tener como fin
primordial comunicarse de manera
efectiva en las diferentes situacio-
nes de la vida, a comprender un
texto, a cultivar el gusto por la lec-
tura, a escribir con corrección y, en
definitiva, a ser competente el día
de mañana en un entorno laboral,
social y familiar concreto.
Pero si lo que se enseña, además
de ser realmente útil, se enseñara
de forma lúdica, se convertiría en
algo mucho más atractivo para los
alumnos. No se trata tanto de diver-
tirse sin fin alguno, sino de que los
alumnos vean la asignatura como
una diversión en sí misma, en la
que el aprendizaje vaya de la mano
del juego.
Dos filósofos en concreto nos ha-
blan de la importancia y necesidad
del juego en la educación del hom-
bre: Rousseau y Kant.
Rosseau y el juego
La aportación de Rousseau va
mucho más allá de la obra que le
ha hecho célebre, El Contrato So-
cial. En esta obra, Rousseau trata
una nueva forma de aprehender la
relación del soberano con los súb-
ditos. Éstos renuncian a una parte
de su libertad para entregársela a
los gobernantes con el fin de ad-
quirir una serie de beneficios. Su
visión de la sociedad está muy le-
jos de entenderse como una rela-
ción de sumisión, pero se asemeja
a lo propuesto en El Emilio. En el
Emilio, Rousseau propone dejar al
niño cierta libertad, a cambio de
que sea el educador quien lo orien-
te en ese nuevo camino. En efecto,
Rousseau formará parte de los ana-
les de la historia de la educación
gracias a que autores del calibre
de Fröebel y Pestalozzi lo tuvieron
como referente en su labor educa-
tiva. De hecho, el propio Rousseau
siempre consideró que el Emilio es
el mejor de sus escritos, y el más
importante. Pero, ¿dónde radica la
clave del éxito en esta obra y por
qué ha tenido tanta influencia en el
ámbito educativo? Para Rousseau,
el hombre debe ser hombre y su
actitud debe adecuarse al proceso
evolutivo por el que esté pasando.
Si es niño, debe comportarse como
niño; cuando es adolescente debe
hacerlo con las características pro-
pias de los adolescentes. Cuando
se es niño no se puede pretender
exigir al niño más de lo que puede
dar. Se debe dejar al niño a su libro
albedrío, pero al mismo tiempo es
necesario educar su libertad y su
autonomía personal, y esta educa-
ción de la libertad debe llevarse a
cabo en armonía con el entorno.
Sólo de esa forma el educador tie-
ne la posibilidad de formar al niño,
acompañándolo en su encuentro
con experiencias positivas y nega-
tivas. Durante su desarrollo, el niño
debe centrarse en aquello que es
propio de ese momento concreto
de su vida. Si es niño, lo natural es
que le guste explorar el mundo a