34
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 10 - JUNIO 2018
Lo lúdico en la asignatura de Religión
Sobre la ética del juego
ESTEBAN MARTÍN
CABEZAS
• Licenciado en Teología
• Graduado en Filosofía
• Máster en Filosofía Práctica
• Profesor de Secundaria y
Bachillerato en IES Jandía
(Fuerteventura, Las Palmas de
Gran Canaria)
El juego no debe estar ausente en ninguna etapa educativaya que es unmedio
ideal para la transmisión tanto de contenidos como de valores. Además de
las innumerables ventajas que nos proporciona la incorporación de lo lúdico
en el terreno educativo, con el juego contribuimos a embellecer el entorno
pues nos permite perpetuar la tradición y cuidar de las personas con las que
compartimos esa actividad. También, al interactuar con y en él, lo cuidamos,
y cuidamos de las personas con las que jugamos; es lo que se conoce como
dimensión ética del juego. Concretamente, en el área de Religión, el juego y
la estética están continuamente presentes: el juego nos permite ser como
somos en realidad, lo cual nos engrandece, pues el hombre se muestra en su
auténtica versión. Por ende, nuestra ética también se ve enriquecida porque
el juego nos sirve de prueba para ejercer el respeto a los demás y al entorno.
Palabras clave:
ligión; Juego; Ética; Educación en valores.
Abstract:
Games should not be absent in any educational stage, as it is an ideal
medium to convey both knowledge and values. Apart from the many advantages of
game-based learning, we contribute with passing on traditions and care about the
people whom we share those activities. The ethical dimension of games consists on
this care about the game itself and the people who participate on it. On Religion as a
formal teaching subject, game and aesthetics are always present: game allows us to
be our truly self as also empowers our ethics, as games serve as a test to the respect
we feel about other people and the environment.
Keywords:
Religion, Game-based learning, Ethics, Values education
Consideraciones
pedagógicas del juego
S
chiller (1999) ya nos recorda-
ba que
el hombre sólo juega
cuando es libre en el pleno
sentido de la palabra, y sólo es ple-
namente hombre cuando juega
.
En efecto, sólo a través del juego
puede el hombre comprenderse a sí
mismo, pues sólo jugando el hombre
es totalmente libre. Sólo por medio
del juego el hombre se siente libre,
pues lleva a cabo una actividad que
está alejada de las imposiciones de la
sociedad y la cultura y puede sentirse
así plenamente satisfecho, volcando
en dicho quehacer todo lo que lleva
en su interior de forma espontánea,
libre y natural. Este entregarse del
hombre en su totalidad en algo o ha-
cia algo no es posible en sus tareas
cotidianas, en su mayoría obligato-
rias e impuestas, sino sólo en aque-
llas que se realizan por puro placer.
Las consideraciones pedagógicas
del juego no son algo nuevo, ya que
pensadores tales como Aristóteles o
Platón reflexionaron ya, hace cien-
tos de años, sobre su importancia,
y muchos psicólogos y teóricos han
divagado sobre su origen, caracte-
rísticas y repercusiones. Aunque lo
lúdico es un tema que desde hace
tiempo está presente en el terreno
educativo, la diversidad de aplica-
ciones que esto tiene en la práctica
real hace que se nos muestre im-
prescindible encontrar un criterio
que las aúne, englobándolas en un
todo, siendo el juego el recurso que
se repita como elemento común.
Lo lúdico no sólo forma parte de los
tiempos libres de la jornada escolar,
ni es algo reservado a determinadas
materias o etapas educativas. Lo lú-
dico también contribuye al desarro-
llo de muchas materias, tales como
Historia, Filosofía, Matemáticas o,
incluso, Religión.
De sobra es conocido el antiguo
sistema dialéctico con el que los do-
centes escolásticos impartían sus
clases magistrales. Ya ese sistema
quedó desfasado, pues sólo invita
a estudiar de memoria una serie de
contenidos, sin llegar a compren-
derlos, además de que en la vida co-
tidiana el hombre no se encuentra en
situaciones donde tiene que discutir
dialécticamente sobre la esencia o
existencia de la materia y la forma.
Hoy, en la época de las tecnologías
de la información y la comunica-
ción, toda la información la pode-
mos encontrar en la red, por muy
rara que nos pueda parecer.
No sólo por el sentido común se
deduce que el juego resulta una me-
todología adecuada, sino que esto
se desprende de la normativa edu-
cativa actual. Así, en el currículo de
la asignatura de Religión
1
se reco-
mienda que el docente debe hacer
1
Véase el currículo de la materia de Religión y Moral Católica, según la LOMCE, de la Educación Secundaria Obligatoria, publicado por la Conferencia
Episcopal Española.