Esta necesidad de comunicarse
hace que los estudiantes generen
dispositivos, mecanismos y estra-
tegias de negociación de signifi-
cados para resolver las tareas de
comunicación.
Algunos mecanismos que se po-
nen, entonces, en marcha son:
• Solicitar ayuda o clarificación
para la comprensión del mensaje
a través de repetición de unida-
des léxicas o preguntas explicitas
sobre lo no entendido.
• Obtener confirmación de la com-
prensión preguntando directa-
mente si fue entendido o no.
• Utilizar recursos propios de sim-
plificación de frases, uso de sinó-
nimos, discurso más lento, léxico
básico etc.
Estas interacciones de los estu-
diantes, necesarias para la realiza-
ción de las subtareas y de la tarea
final, se traducen en el respeto del
ritmo de aprendizaje de cada uno de
ellos, proporcionándoles el tiempo
suficiente para acabar las tareas,
según sus necesidades.
La tarea final y las subtareas son
planteadas de forma abierta, per-
mitiendo la integración de los dife-
rentes perfiles de alumnos y estilos
de aprendizaje en el aula. Así pues,
cada estudiante puede participar en
la actividad en los grupos creados y
aportar sus cualidades.
Por último, la flexibilidad en cuan-
to a la organización y disposición de
los alumnos en las tareas y en la cla-
se que proporciona el enfoque por
tareas deriva en la incorporación en
el aula de materiales nuevos y ma-
teriales reales, con el fin de llegar a
todos los perfiles cognitivos.
Este enfoque basado en tareas se
centra en el uso de un lenguaje au-
téntico y en la realización de tareas
significativas utilizando el idioma
de destino. Este enfoque fomenta
la comunicación significativa y se
centra en el estudiante. Los estu-
diantes aprenden interactuando y
las tareas proporcionan el input de
entrada y salida necesario para la
adquisición del idioma.
Las tareas están determinadas
por las necesidades específicas,
los intereses y el nivel de los alum-
nos de forma que sean familiares y
motivadoras para los estudiantes.
Además, requiere el uso de len-
guaje auténtico que implique co-
laboración trabajando en grupos y
fomentando una variedad de estilos
y ritmos de aprendizaje.
21
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 9 - ABRIL 2018
• Alcón-Soler, E. y Codina-Espurz V. (2001).
Language Learning in the Foreign Language
Classroom
. Castellón de la Plana: Publicaciones de
la Universidad Jaume I.
• Breen, M. P. (1987). Contemporary Paradigms in
Syllabus Design.
Language Teaching
, 20, 2-3.
• Estaire, S. (2007): “La enseñanza de lenguas
mediante tareas: principios y planificación de
unidades didácticas” en Palomo, B. (coord.) Tareas
EPA.
Enfoque por tareas y enseñanzas en EL2 para
la educación permanente.
Zaragoza: Universidad de
Zaragoza.
• Estaire, S. y Zanón, J. (1990). El diseño de
unidades didácticas en L2 mediante tareas:
principios y desarrollo.
Comunicación, Lenguaje y
Educación
, 7-8.
• Fotos, S. (1997). Communicative task performance
and second language acquisition: Do task features
determine learner output?
Revista Canaria de
Estudios Ingleses
, 34, 51-67.
• García, M.; Prieto, C.; Santos, M. ª J. (1994). El
enfoque por tareas en la enseñanza-aprendizaje
del francés lengua extranjera: una experiencia para
la reflexión.
CL&E: Comunicación, Lenguaje y
Educación
, 24, 71-78.
• Larsen-Freeman, D. (2000).
Techniques and
Principles in Language Teaching
. Oxford: Oxford
University Press.
• Long, M. (1985): “The Design of Classroom
Second Language Acquisition: towards Task-
based Language Teaching” en Hyltenstam, K. &
Pienemann, M. (eds.)
Modelling and Asessing
Second Language Acquisition
. London: Multilingual
Matters.
• Richards, J. Platt, J. & Weber (1985).
Longman
Dictionary of Applied Linguistics.
London:
Longman.
Referencias Bibliográficas
Fernández Paredes, L. (2018, abril). Trabajo por tareas: Beneficios
para el proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras.
Campus Educación Revista Digital Docente
, Nº9, p. 17-21.
Disponible en: https://www.campuseducacion.com/revista-digital-
docente/numeros/9/
Cómo citar: