A su vez, inmerso en esta corrien-
te de la Psicología Positiva, existe un
área de investigación e intervención
que va a constituir las bases de la
misma, en la cual nos centraremos
para poder beneficiarnos de ella en
el plano educativo: la práctica de la
“atención plena” en las aulas, esto
es, “
mindfulness
”.
Minfulness
Lo que este término significa se
relaciona con una actitud global ante
la vida donde se incluyen un conjun-
to de técnicas encaminadas a poten-
ciar un estilo de vida basado en la
consciencia y la calma, permitiendo
vivir íntegramente en el momento
presente. La práctica del mindful-
ness ayuda a vivir más consciente-
mente, a disfrutar más de la vida y a
aprender mejor.
Es una técnica que sirve para
entrenar la atención y, para conse-
guirlo, hay que ser capaces de sin-
cronizar lo que sucede a nuestro
alrededor con lo que pasa dentro de
uno mismo.
En la actualidad, disponemos de
numerosas investigaciones que
avalan los beneficios de la práctica
regular de la atención plena (Kabat–
Zinn, 1990 y 2005; Brown y Ryan,
2003; Vallejo, 2006; Simón, 2007;
Cebolla y Miró, 2008; Lavilla, Molina
y López, 2008; Lyubomirsky, 2008),
entre los que llaman la atención, es-
pecialmente, diversos estudios que
sugieren cambios positivos incluso
a nivel neurobiológico.
Según las revisiones efectuadas
por Simón (2007), parece que la
práctica de la atención plena activa
y fortalece diversas regiones ce-
rebrales, especialmente la corteza
prefrontal, responsable de la inte-
gración de la conducta humana, pro-
vocando cambios positivos en los
hábitos mentales de las personas.
Una de las investigaciones con las
que contamos para avalar los hallaz-
gos y revelaciones que la práctica
del mindfulness tiene en la educa-
ción es la experiencia “Mindfulness
Education Program for Children”
(Programa de Educación en Aten-
ción Plena para Niños) desarrollado
por Lawlor, Fischer y Schonert-Rei-
chl desde el año 2005 en Vancouver
(Canadá). Lo más destacable de
esta experiencia es que, al mismo
tiempo que pretende introducir la
atención plena en el trabajo con el
alumnado, ha iniciado una vía de
investigación para validar la efectivi-
dad de sus técnicas. Los primeros
resultados de esta experiencia nos
muestran que los alumnos recepto-
res han mejorado notablemente en
aspectos tales como el optimismo,
la conducta social y el autoconcep-
to.
Desde esta perspectiva, mindful-
ness, entendida como una actitud
global ante la vida, se fundamen-
ta básicamente en la meditación,
definida ésta como un estado de
consciencia y calma en el que se in-
tenta aquietar cuerpo y mente para
observar con serenidad y aprender
a mejorar como personas. Para fi-
nes educativos, esta meditación
tiene como meta que el alumnado
sea capaz de lograr un estado de
consciencia y calma que les ayude
a conocerse mejor, autorregular su
conducta y ser más conscientes del
momento presente, como modo de
alcanzar mayor bienestar y felicidad.
Beneficios
La práctica del mindfulness en la
educación puede ayudar, entre otros
aspectos, a:
• Reducir el estrés, la ansiedad,
los síntomas de depresión,
la reactividad, los problemas
de conducta y la tendencia a
distraerse (tanto de estímulos
internos como externos).
• Potenciar la concentración,
la atención, la memoria
de trabajo, la capacidad
de darse cuenta o ser
consciente, la capacidad de
manejar las emociones, el
autocontrol, la empatía y la
comprensión hacia los demás,
la autoestima, el rendimiento
académico y el sueño.
• Lograr una mayor tranquilidad
y relajación.
• Desarrollar habilidades
naturales de resolución
pacífica de conflictos.
• Aumentar la capacidad de
reflexión y crítica.
• Mejorar las habilidades
interpersonales, el clima
de convivencia escolar y
los niveles generales de
bienestar en el aula y el centro
educativo.
Asimismo, con el objetivo de
agrupar los efectos positivos de esta
práctica, Shapiro, Brown y Astin
(2008) han delimitado tres grandes
áreas donde se observan beneficios.
Éstas son:
• El rendimiento cognitivo y aca-
démico:
donde se observa una
mejora de las habilidades aten-
cionales, un incremento de la
habilidad cognitiva de procesar la
información de forma rápida, con
precisión y exactitud y una mejora
del rendimiento académico.
• La salud mental y el bienestar
psicológico:
donde se observa
una reducción de los niveles de
estrés, ansiedad y depresión y
una mejora de la regulación emo-
cional.
• El desarrollo integral u holístico
de la persona:
donde se obser-
va el desarrollo de la creatividad,
la mejora en el desarrollo de las
habilidades necesarias para las
relaciones interpersonales y el in-
cremento de la empatía.
La práctica del Mindfulness
El mindfulness suele partir, en
sus inicios, de sencillos ejercicios
de relajación que progresivamente
ayudan a que la práctica se asiente
como un hábito más o menos per-
manente en nuestra vida. Esta prác-
tica se consigue haciendo habitual el
ejercicio de la respiración, actividad
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AÑO II - Nº 7 - NOVIEMBRE 2017