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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO II - Nº 6 - SEPTIEMBRE 2017
sobre nuestras propias emociones,
percibirlas y entenderlas, como una
habilidad intrínseca de todo ser huma-
no, implica el desarrollo de procesos
de regulación emocional que ayudan a
moderar y prevenir los efectos negati-
vos del estrés docente.
Según Morales (2006), un profesor
emocionalmente inteligente se carac-
teriza por los siguientes aspectos:
• Asume su rol formador de perso-
nas, y la importancia de ser un mo-
delo fundamental de inteligencia
emocional para sus alumnos.
• Ama y valora a sus estudiantes
como personas en desarrollo, cre-
cimiento y evolución.
• Es capaz de realizar un autoanálisis
de sus estados emocionales pre-
dominantes, decidiendo cambiar
lo que no es correcto ni adecuado,
desarrollando nuevas habilidades.
• Entiende que debe desechar viejas
estructuras y modelos, adaptándo-
se a las necesidades de los nuevos
tiempos. Reconoce que el rol de un
educador autoritario, dominante,
castigador…está pasado demoda.
• Reconoce la importancia de sus
estados de ánimo, verbalizaciones
y conductas, en el estado emocio-
nal, en el rendimiento escolar y en
la formación de la personalidad de
sus alumnos.
• Ocupa situaciones de conflicto en-
tre sus alumnos, no para castigar,
sino para enseñar.
• Averigua acerca de la problemática
familiar de sus alumnos, que pre-
sentan bajo rendimiento escolar o
problemas de conducta.
• Usa las reuniones de curso para
entregar nociones de inteligencia
emocional a los padres y tutores.
• Premia y valora a los alumnos que
demuestran un buen desarrollo de
su inteligencia emocional.
• Reconoce las fortalezas de sus
alumnos para desarrollarlas y esti-
mularlas, así como también sus de-
bilidades para trabajar y mejorarlas.
• Impone normas y límites claros de
acuerdo a la edad y las capacidades
de sus alumnos, estimula, refuerza,
corrige y exige con firmeza y cari-
ño.
• Acoge y entiende las emociones de
sus alumnos, tratando de ponerse
en su lugar.
• Respeta el ritmo del niño, sus ca-
racterísticas y riqueza individual. Lo
ayuda a crecer, brinda espacios, he-
rramientas y posibilidades, estando
siempre disponible.
La labor docente pasa, necesaria-
mente, por poseer y saber usar dotes
relacionados con la inteligencia emo-
cional. Si queremos que el alumno
aprenda y desarrolle este tipo de ha-
bilidades emocionales y educativas,
necesita un educador con este tipo de
habilidades. Sobre todo es fundamen-
tal en la etapa de infantil y primaria, ya
que son las etapas evolutivas donde
ser produce el principal desarrollo
emocional de los niños.
Los profesores son un modelo para
los alumnos, por tanto hay que incidir
en su formación emocional ya desde
su etapa universitaria. La labor del do-
cente no se limita a transmitir cono-
cimientos teóricos, sino también valo-
res cívicos, modelando y ajustando en
clase el perfil afectivo y emocional de
sus alumnos. La práctica docente de
cualquier profesor debería implicar ac-
tividades como: estimulación afectiva,
expresión regulada de los sentimien-
tos positivos y negativos, creación de
ambientes para el desarrollo de sus
capacidades, exposición de experien-
cias a resolver con estrategias dadas,
enseñar habilidades de empáticas, etc.
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Revista Digital Docente
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https://www.campuseducacion.com/revista-digital-docente/numeros/6/Cómo citar: