AÑO I - Nº 4 - ABRIL 2017
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016cambio, consiste en simplificar
y asociar un conjunto de ideas,
generalmente adquiridas de otra
persona, a una categoría. Como
puede adivinarse, ningún com-
portamiento asociado a ideas
generales, intuitivas o de suposi-
ción debería ser aplicado al trato
o consideración que se tenga con
una persona o grupo, por lo que
hay que luchar por procurar cierto
cambio en lamentalidad colectiva.
Sin duda alguna, para evitar los
conflictos entre alumnado es ne-
cesario que los docentes respon-
sables de su educación creen un
clima favorecedor de actitudes
cooperativas y solidarias necesa-
rias para una verdadera educa-
ción intercultural (Calvo, 2003),
pues solamente si conseguimos
que los alumnos tengan un sen-
timiento de pertenencia al grupo
se conseguirá formar una sana
identidad cultural y, por tanto, la
integración plena (Aguado, 2003).
El papel del mediador
Aunque en la teoría parece muy
fácil hacer un listado de todo lo que
hace falta para educar para prevenir
el conflicto y todo lo necesario para
considerar la educación emocional
y el desarrollo de competencias
sociales en los alumnos, a la hora
de llevarlo a la práctica, en verdad,
los docentes suelen tener serias
dificultades, pues no han sido for-
mados convenientemente para eso.
La mediación es un proceso de
comunicación y entendimiento en-
tre las partes de un conflicto con
la ayuda de una o varias personas
imparciales y cercanas, que facili-
tan que las partes en conflicto dia-
loguen y se escuchen de manera
libre y segura, para se pueda lle-
gar a un acuerdo que permita a los
implicados establecer o restablecer
una buena relación (Román, 2015).
Según Lederach (1996), “la media-
ción es una técnica muy amplia,
que consiste en la intervención de
un tercero (un individuo, un equipo,
etc.) que facilita el logro de acuer-
dos en torno a un conflicto”.
El mediador no debe ser el prota-
gonista del proceso de mediación,
solo ha de garantizar que las partes
puedan comunicarse en un espacio
de libertad y seguridad, es decir
que puedan hablar libremente sin
faltar el respeto a nadie y sin coac-
ciones o miedos.
El mediador ni tiene prejuicios,
ni se posiciona y no sanciona las
actitudes y comportamientos de
las partes en conflicto; solo pro-
cura que los participantes puedan
encontrar por sí mismos solucio-
nes satisfactorias a sus interesas y
expectativas a través de la comuni-
cación.
Podemos encontrar varios auto-
res para definir los principios gene-
rales que debe reunir la figura del
mediador para poder cumplir tanto
con la función preventiva como con
la rehabilitadora de su trabajo: