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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018
se involucra poco con la música;
y una musicoterapia activa, donde
el protagonista se involucra con la
música y su ejecución (canto, eje-
cución instrumental, movimiento a
partir de patrones rítmicos, juegos,
entre otras). Esta distinción es útil
toda vez que permite visualizar qué
grado de implicación se pretende
desarrollar con los alumnos según
sus necesidades particulares y el
contexto en el cual se desarrolla la
actividad, en este caso pedagógica.
También es útil destacar los ob-
jetivos de la musicoterapia para
trabajar con personas con necesi-
dades educativas especiales, ex-
puestos por Lacarcel (1995) en los
siguientes términos: “Mejorar la
afectividad, la conducta, la percep-
tivo-motricidad, la personalidad y la
comunicación; y mejorar las funcio-
nes psicofisiológicas, tales como el
ritmo respiratorio y cardíaco, y el
restablecimiento de los ritmos bio-
lógicos a través de la música”.
Este mismo autor menciona una
serie de mejoras observadas en es-
tudiantes con necesidades especia-
les, que vale la pena considerar:
• Desarrollo de las facultades
perceptivo-motrices que
permitan un conocimiento de
las organizaciones espaciales,
temporales y corporales.
• Favorecimiento del desarrollo
psicomotor: coordinación motriz
y óculo motriz, regulación motora,
equilibrio, marcha, lateralidad,
tonicidad…
• Integración y desarrollo del
esquema corporal.
• Desarrollo sensorial y perceptivo.
• Desarrollo de la discriminación
auditiva.
• Adquisición de destrezas y
medios de expresión: corporales,
instrumentales, gráficos,
espaciales, melódicos, de color,
temporales.
• Desarrollo de la locución y
de la expresión oral mediante
la articulación, vocalización,
acentuación, control de la voz y
expresión.
• Sensibilización afectiva y
emocional.
• Reforzamiento de la autoestima
y personalidad mediante la
autorrealización.
• Elaboración de pautas de conducta
correctas.
• Desarrollo de la atención y
observación de la realidad.
• Aumento de la confianza en sí
mismo y la autoestima.
• Establecer o restablecer relaciones
interpersonales.
• Integrar socialmente a la persona.
Todos estos aspectos son alta-
mente valiosos en el caso de la
educación especial, ya que se ofre-
cen como vehículos, objetivos y
contenidos que favorecen el desa-
rrollo de las diversas capacidades y
habilidades en todo niño. En el caso
particular de los niños con necesi-
dades educativas especiales, tal
como señalamos antes, se convier-
ten en una oportunidad de avanzar
prontamente en la madurez de cada
particularidad.
Así pues, entre los beneficios del
uso de la música en la Educación
especial, se pueden contar los men-
cionados por Vaillancourt (2009):
• Aumento de la comunicación
y expresión, favoreciendo el
desarrollo emocional.
• Mejora de la percepción y la
motricidad.
• Favorecimiento de la expresión de
problemas, inquietudes, miedos,
bloqueos, actuando como alivio y
disminuyendo la ansiedad.
• Equilibrio psicofísico y emocional.
• Mejora de las respuestas
psicofisiológicas registradas
en diferentes parámetros:
encefalograma, ritmo cardíaco,
amplitud respiratoria.
• Mejora del rendimiento corporal.
Aumento también del riego
sanguíneo cerebral.
• Acercamiento a niños que, por
su problemática, resulta más
complejo: autismo, trastorno
generalizado del desarrollo.
Nuevos aportes y
orientaciones
En cualquier caso, fue el movi-
miento de la Escuela Nueva el que
dio el gran impulso al uso peda-
gógico de la música, así como a
su incorporación en la educación
como contenido y estrategia, como
objetivo y recurso (Bravo y De