sión de gestos, expresiones facia-
les y tono de voz. Esta dificultad
ha de interesar especialmente a los
profesores de lengua extranjera por
motivos obvios, y a ella atribuirán
la comprensión literal de algunas
expresiones lingüísticas por parte
de las personas diagnosticadas con
TEA.
Las
diferencias en la interac-
ción social
se refieren a los pro-
blemas que pueden experimentar
por no reconocer o entender las
emociones y los sentimientos de
otras personas. De hecho, y esto
es muy importante, muchos niños
y adolescentes diagnosticados con
autismo quieren ser sociables, pero
les resulta extremadamente difícil
iniciar y mantener amistades debi-
do a su trastorno. Es por ello que
erróneamente se cree que no quie-
ren relacionarse con los demás.
Las
capacidades limitadas para
imaginar y entender las emocio-
nes e intenciones de los demás
hacen que no puedan entender
ni predecir el comportamiento de
los demás, al igual que no pueden
comprender las ideas abstractas ni
adaptarse a los cambios con facili-
dad. Debido a que poseen una ca-
pacidad limitada para todo ello, a
los TEA les resulta complejo enten-
der e interpretar los pensamientos,
sentimientos y acciones de los de-
más. Asimismo, les cuesta predecir
lo que sucederá a continuación y
afrontar nuevas situaciones (Wire,
2005).
Se han detectado algunas seña-
les que permiten al profesorado
identificar si un alumno padece el
trastorno del espectro autista. En
particular, la asociación de Autismo
de Estados Unidos
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proporciona los
signos siguientes:
• Carencia o tardanza en adquirir el
habla.
• Uso repetitivo de lenguaje o
gestos.
• Escaso o ningún contacto visual.
• Carencia de interés hacia las
relaciones personales.
• Carencia de juego simbólico.
• Fijación persistente sobre partes
de objetos.
A pesar de que esta información
puede ser realmente útil para los
maestros de lengua extranjera, ca-
rece de real utilidad para los profe-
sores de secundaria. Esto se debe
a que a los profesores se les infor-
ma directamente sobre los trastor-
nos que posee un alumno cuando
este llega a secundaria o a bachi-
ller. Por otro lado, no existen unos
rasgos comunes a todos los TEA,
por lo que es muy complicada su
detección. Además, se trata de un
trastorno de por vida y sin cura, lo
cual significa que el objetivo princi-
pal para los docentes no es hacerlo
desaparecer, sino desarrollar e im-
plementar estrategias que ayuden a
los alumnos con autismo a acceder
al currículo, aunque para ello sean
precisas adaptaciones curriculares.
Técnicas para trabajar
en el aula
Organization for Autism Research
(2000) propone cinco estrategias
de apoyo esenciales que los pro-
fesores pueden implementar para
ayudar a los alumnos diagnostica-
dos con autismo:
• Exponerlos al material de clase o
a las tareas antes de explicarlas,
de modo que el alumno se pueda
familiarizar con ello, sea capaz de
reducir su nivel de estrés y consi-
ga entender los conceptos clave.
• Adaptar el contenido o el formato
de las actividades para adecuar-
los a las necesidades específicas
del estudiante.
• Acordar con el alumno un sitio al
que siempre pueda acudir cuan-
do sienta mucho estrés o ansie-
dad. Así se le da la posibilidad al
estudiante de refugiarse en un
espacio hasta que se tranquilice.
• Proporcionar material visual que
ilustre información importante
para que los alumnos con TEA
tengan un apoyo a lo largo de la
clase o de la jornada escolar.
• Felicitar y animar al estudiante
con autismo por comportarse de
manera productiva y apoyar su
crecimiento como persona.
Además, algunos expertos van
más allá (Corpas, 2012) y se cen-
tran en la enseñanza de lenguas ex-
tranjeras como medio para enseñar
a los alumnos autistas algunas ha-
bilidades sociales, animando a los
profesores a facilitar al alumno la
relajación y el autocontrol, pues es
normal que, al igual que el resto de
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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO II - Nº 8 - ENERO 2018
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Consultado de
https://www.autism-society.org/