Igualmente, pensando en las
primeras etapas escolares, es pre-
ciso hacer hincapié en los cuentos
ilustrados: las representaciones vi-
suales de muchos libros infantiles
son un gran recurso para apoyar
el pensamiento de los niños sobre
las ideas matemáticas. Y en este
momento, la pregunta subyacente
es: ¿Qué cuentos son los más ade-
cuados para que el alumnado de
Educación Infantil y Primaria tra-
baje los conceptos matemáticos?
La realidad es que no es necesario
contar con una lista de cuentos es-
pecíficos para impartir matemáti-
cas. La clave del éxito en este caso
radica en la lectura que haga el pro-
pio docente, pues muchos de los
cuentos podrían tener un trasfondo
matemático aunque a simple vista
no lo parezca. Todo depende de los
ojos que lo lean.
De esta forma, cualquier cuento
clásico puede ayudarnos a trabajar
los conceptos más básicos. La na-
rración, por ejemplo, favorecerá la
comprensión del concepto tiempo
como una sucesión de aconteci-
mientos y también la asimilación
de la ordenación, la partición o la
organización de un conjunto de
elementos, trabajando tanto los nú-
meros ordinales como cardinales.
Los alumnos también se familia-
rizarán con magnitudes medibles
como longitud, tiempo, superficie
o volumen, comparando cantida-
des. En cuentos clásicos
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como
Cenicienta, Blancanieves o Los
Tres Cerditos podemos encontrar
expresiones del tipo “hace mucho,
mucho tiempo” o “por un pequeño
pueblo con casas muy pequeñas”,
etc., lo que nos puede dar pie a tra-
bajar formas literarias y conceptos
matemáticos.
• Novela: cuando las letras ini-
cian la pasión por los números.
Como ya se comentó inicialmen-
te, una de las grandes preocupa-
ciones de todo docente es captar la
atención del alumnado y motivarlo,
para lo cual se hacen necesario un
amplio abanico de recursos didác-
ticos. Sin embargo, al enfrentarnos
a la ardua tarea de enseñar mate-
máticas, en muchas ocasiones,
nos limitamos a los recursos di-
dácticos tradicionales, es decir, al
libro de texto. Y, ahondando más
en nuestro error, continuamos con
una selección interminable de ac-
tividades prácticas con el objetivo
de fijar en la memoria el procedi-
miento mecánico a seguir. De vez
en cuando, tratamos de romper el
ritmo monótono con alguna pince-
lada aquí y allá de actividades extra
de reflexión.
Nuevamente, toma protagonismo
la literatura como salvadora del reto
de enseñar a aprender. Debemos
dejar de tratar la lectura como una
cuestión meramente transversal y
dar cabida a que las matemáticas
formen parte del universo lector
del alumno. En primer lugar, con-
seguiremos atrapar su interés por-
que, ¿quién espera una novela en la
clase de matemáticas? En segundo
lugar, reforzaremos para los alum-
nos la idea de que las matemáticas
están en constante conexión con su
entorno y su vida diaria. Por último,
los conceptos asimilados con éxito
serán motivo para el crecimiento de
la autoestima del alumno.
Lecturas sugeridas
La variedad de literatura que in-
cluye contenido o referencias ma-
temáticas es muy amplia. Por esta
razón, el docente debe bucear, nue-
vamente, con ojos de matemático y
encontrar en las novelas el conteni-
do que desea. Sobra decir que de-
bemos adaptarnos a la etapa edu-
cativa en la que estemos y escoger
libros de literatura juvenil, intriga o
ficción que nuestros alumnos de-
voren como si fuera una actividad
de ocio y no una tarea de clase.
Algunas de las recomendaciones
más recurrentes entre los docentes
que han puesto en práctica esta
metodología son:
• Sierra i Fabra, J. (2004).
El ase-
sinato del profesor de matemáti-
cas.
Madrid: Anaya. (Recomen-
dado para Educación Secundaria
Obligatoria).
• Haddon, M. (2004).
El curioso
incidente del perro a mediano-
che.
Barcelona: Salamandra. (Re-
comendado para segundo ciclo
Educación Secundaria Obligato-
ria y Bachillerato).
• Enzesberger, H.M. (2016).
El
diablo de los números.
Madrid:
Siruela. (Recomendado para Ba-
chillerato).
• Guedj, D. (2002).
El teorema del
loro.
Barcelona: Anagrama. (Re-
comendado para Bachillerato).
Antes de comenzar la lectura se
debe proporcionar a los alumnos
una guía que contenga los objeti-
vos a conseguir, pautas de lectura
específicas, temporalización y acti-
vidad final o cuestionario.
Un ejemplo de cuestionario que
actúe a modo de resumen final o
ficha de lectura y que debería in-
cluirse dentro de la guía podría ser
el siguiente:
• Título del libro/novela
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Algunas recomendaciones adicionales son
Cuentos para aprender y enseñar matemáticas
(2013), de Marín, M., y
Cuentamemates
(2013), de Barrera, H.
Fig. 2
Sierra i Fabra, J. (2004).
El asesinato del
profesor de matemáticas.
Madrid: Anaya.
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AÑO II - Nº 8 - ENERO 2018