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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO II - Nº 5 - JUNIO 2017

tecnología y mujer, así como el

hecho que señala que los hom-

bres no deben trabajar en casa.

• Las gafas:

Este símbolo repre-

senta la inteligencia pero cuando

una mujer o una niña las llevan,

sirve para afearlas, poniendo

de manifiesto la tradicional in-

compatibilidad entre la belleza

femenina y la inteligencia. Sue-

len llevarlas la típica empollona

de clase a la que todos y todas

odian, la maestra “solterona” de

carácter agrio y rara vez las ma-

dres (a éstas, se les reserva la

tarea doméstica).

• Los periódicos:

Simbolizan la

participación social, la informa-

ción y modernidad. Normalmen-

te aparecen en manos del padre

o del abuelo.

• Los libros y cuentos de hadas

,

normalmente aquellos en peque-

ño formato y de cubierta rosa

son identificados con las novelas

sentimentales, que se asocian

con la evasión y la irresponsabi-

lidad social; aparecen en manos

de mujeres y niñas.

• Cintas, lazos, ropas o sombre-

ros excéntricos:

Frente al papel

de la madre fatigada y dedicada

en cuerpo y alma a las tareas

domésticas, nos encontramos

con otro estereotipo de mujer

vanidosa y caprichosa que de-

rrocha el dinero ganado por su

marido. En el caso de las muje-

res adultas se caracteriza por el

uso de ropa excéntrica; las niñas

aparecen cargadas de cursiladas

representando una estúpida co-

quetería.

• La familia:

Las representaciones

contribuyen a mostrar imágenes

y simbología de la familia pa-

triarcal tradicional, perpetuando

estereotipos sexistas. Es curioso

observar cómo a pesar del uso

de animales en lugar de perso-

nas, estos estereotipos se man-

tienen.

Mención aparte merece el color

como forma de comunicación. En

este sentido tras la consulta del tra-

bajo de la doctora Heller (2013) en

el campo de la psicología del color,

hemos podido comprobar el uso

predominante de ciertos colores en

los cuentos tradicionales para repre-

sentar personajes masculinos y fe-

meninos. Mientras que los primeros

se asocian a los colores azules (en

todas sus gamas) simbolizando en

muchas culturas la profesionalidad,

confianza o autoridad, los femeni-

nos lo hacen a los colores rosas o

violetas que se corresponden con el

capricho, la imaginación o el senti-

mentalismo, lo que pone de mani-

fiesto el peso que ha tenido el cuen-

to en general y sus ilustraciones en

particular en la construcción de la

identidad social del ser humano.

Por tanto es conveniente que a la

hora de seleccionar un cuento para

trabajar en nuestras aulas nos pare-

mos a reflexionar sobre el lenguaje

verbal y visual que emplea y las con-

notaciones del mismo. El interro-

gante que se nos plantea es: ¿en qué

aspectos debemos detenernos para

valorar si un cuento transmite es-

tereotipos sexistas? A continuación

propondremos una serie de cuestio-

nes de elaboración propia que nos

han resultado útiles a la hora de lle-

var a cabo esta investigación.

Análisis de los cuentos

bajo la perspectiva de la

desigualdad de género

Podríamos pensar que el análi-

sis de los cuentos es subjetivo y

puede estar sesgado en función de

nuestras experiencias vitales; a este

respecto debemos considerar que

en el terreno del cuento popular,

folklórico, el estudio de las formas

y establecimiento de las leyes que

rigen la estructura es posible, con

tanta precisión como la morfología

de las formaciones orgánicas

” (Pro-

pp, 1985).

Vladimir Propp estudió más de

cien cuentos rusos para llegar a la

conclusión de que los cuentos de

hadas tienen una serie de elementos

primordiales, siendo éstos, las partí-

culas mínimas no descomponibles,

cuyas combinaciones dan lugar a la

enorme variedad de cuentos. Con

ello Propp perseguía descubrir el

núcleo narrativo invariable en cada

narración.

El ruso distinguió entre “mag-

nitudes constantes”, aquellas que

constituyen el esqueleto del relato

y “magnitudes variables” que dotan

al cuento de belleza y vivacidad. Los

elementos invariables serán las fun-

ciones, es decir, acciones realizadas

por los distintos personajes de ma-

nera constante en todos los cuentos

(siendo variable la identidad de los

personajes).