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AÑO II - Nº 5 - JUNIO 2017
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
Por otro lado, en numerosas oca-
siones los personajes realizan ac-
ciones que sirven para reproducir
estereotipos y roles, los cuales con-
tribuyen a determinar el papel en la
sociedad de hombres y mujeres, ya
que a pesar de su carácter ficticio las
historias narradas guardan ciertos
paralelismos con situaciones reales
con las que los lectores se pueden
identificar fácilmente y convertirse
en modelos de conducta.
Además de su función socializa-
dora, desde el punto de vista didác-
tico los cuentos son un recurso de
trabajo dentro del aula, ideal para
el aprendizaje de la lectoescritura,
el desarrollo de la creatividad, el
aprendizaje conceptual o el entrena-
miento de la inteligencia emocional,
dado que son textos cortos que per-
miten por un lado su lectura com-
pleta dentro de clase y por otro lado,
los niños y niñas pueden mantener
su atención durante el desarrollo de
la actividad.
Por tanto, y teniendo en cuenta su
función socializadora y didáctica, a
continuación vamos a analizar la in-
fluencia del lenguaje verbal y visual
en el desarrollo del alumnado.
El lenguaje verbal/visual y
la desigualdad de género
El género narrativo se apoya en el
lenguaje como instrumento de in-
tercambio de información entre un
emisor y un receptor. En función del
tipo de lenguaje empleado, el emisor
centra su atención en una serie de
elementos del mensaje que le per-
miten descodificarlo. Numerosos
autores coinciden en la interdepen-
dencia que tiene el lenguaje para el
comportamiento social, tal y como
señala García (1988): “
En efecto, los
hábitos sociales, la forma de con-
ducta, el repertorio de valores con-
venidos en los que la sociedad vive
inmersa, tienen un reflejo directo en
el lenguaje. Y a su vez, como el len-
guaje es el vehículo principal de la
comunicación humana y, por ello, el
medio por el que se transmiten los
hábitos culturales de generación en
generación, su influencia en la men-
talidad y comportamiento de los ha-
blantes resulta decisiva.
”
Partiendo de esa premisa pode-
mos afirmar que la primera fun-
ción del lenguaje es la de ser una
herramienta que posibilita expresar
nuestros sentimientos y emociones
a otras personas; este hecho dota al
lenguaje de otra propiedad, la cual
le convierte en el reflejo de un de-
terminado momento cultural. Por
lo tanto podemos afirmar que cada
lenguaje es una forma de interpretar
el mundo de acuerdo con la expe-
riencia de los hablantes, que se ven
influenciados por la cultura pasada y
a su vez perpetúan la cultura futura.
En lo relativo a los cuentos podemos
observar cómo el lenguaje emplea-
do está cargado de estereotipos
de corte sexista atribuyendo roles
diferenciados a los personajes: la
princesa hermosa y vulnerable que
debe ser rescatada por el príncipe
valiente y fuerte, la madrastra mal-
vada y cruel casada con el ingenuo
rey viudo, etc.
Por otro lado, la sabiduría popular
siempre ha afirmado lo que apunta
Punset (2017) sobre que las últi-
mas investigaciones aclaran que la
imagen cuenta como instrumento
de permanencia o duración en la
memoria. Así, a la hora de analizar
un cuento bajo la perspectiva de la
igualdad de género deberemos pres-
tar atención a sus ilustraciones ya
que: “
No sabiendo aún leer, el niño
pequeño interroga interminable-
mente las ilustraciones de los libros
y aprende muy pronto a descifrarlas.
Observándolas con atención es po-
sible catalogar el aparato simbólico
del que se sirven los libros para ins-
truir a los niños acerca de los pape-
les sexuales en la familia y sociedad
y acerca de las características psico-
lógicas (que se les presentan como
innatas y naturales) de los hombres
y de las mujeres de los niños y de
las niñas
” (Turín,1995).
Esta autora propone en sus estu-
dios analizar el uso de diferentes ob-
jetos y símbolos que aparecen en los
cuentos y las funciones asociadas a
los mismos. A modo de ejemplo:
• El delantal:
Es el símbolo feme-
nino que relaciona de manera
unívoca a la mujer con las tareas
domésticas (limpieza de la casa,
cuidado de los niños); en las es-
cenas de calle es sustituido por
otros objetos como el carro de la
compra o el coche del niño.
• Utensilios de limpieza
como
cubos metálicos, escobas anti-
cuadas o bayetas chorreantes,
acompañados de la imagen de la
mujer a cuatro patas o de rodillas
en el suelo, contribuyen a dar un
carácter inmutable y humillante
a las tareas domésticas, dejando
claro dos aspectos tales como
son la distancia insalvable entre