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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 16 - DICIEMBRE 2019
propia dislexia, otros tales como
depresión, ansiedad o baja autoes-
tima.
Muchas veces, gran parte del
problema reside en que los adul-
tos que rodean al alumno disléxico
suelen pesar, de forma errónea, que
el trastorno simplemente es algo
pasajero. De esta forma, queda
condicionada la forma en que se re-
lacionan con él e, incluso, en cómo
lo tratan.
Para empezar a ayudar a las perso-
nas disléxicas hay que tener presente,
en todo momento, que la dislexia no tie-
ne cura, pues es un trastorno y no una
enfermedad
(Varo, 2013).
Para evitar casos como estos,
lo principal es que las personas
adultas que se relacionan con la
persona disléxica posean los
co-
nocimientos mínimos acerca del
trastorno y unas orientaciones
básicas sobre cómo actuar frente
a él,
pues una simple o mala pala-
bra, o una corrección fuera de tono,
pueden causarle un gran daño.
Los profesores, por ejemplo, de-
ben mostrarse comprensivos y
re-
forzar positivamente las conductas
deseables de sus alumnos, siendo
pacientes y respetando los ritmos
de aprendizaje de cada uno. Algunas
recomendaciones para los docentes
pueden ser valorar las tareas por su
contenido más que por su aspecto, u
otorgarles responsabilidades en las
funciones cotidianas del aula.
También es importante evitar las
correcciones
en público con el ob-
jetivo de no avergonzar al alumno,
puesto que esto le puede causar frus-
tración. Pero, si las correcciones se
realizan correctamente, éstas deben
ir
encaminadas al refuerzo de los
conocimientos y a que el alumno
pueda aprender y corregir sus erro-
res gracias a ellas
, sabiendo que no
suponen un castigo ni una sensación
de fracaso.
En lo que respecta a los padres,
ellos también representan un papel
fundamental en la evolución de sus
hijos, ya que debe existir un feedback
entre la familia y la escuela, pues solo
de este modo el alumno podrá salir
adelante a nivel educativo.
El 70% de los jóvenes que su-
fren dislexia presentan una baja
motivación y niveles muy pobres
en autoestima, por lo que se puede
hablar de la existencia de una serie
de condicionantes psicológicos y
emocionales que provocan ansie-
dad, frustración e incluso bloqueos
de todo tipo. La presencia de estos
factores se incrementa conforme
la persona disléxica empieza a ser
consciente de sus dificultades, a la
vez que se generan sentimientos de
culpa o vergüenza.
Como hemos apuntado, el con-
texto que envuelve a esta situación
es determinante, puesto que las re-
acciones y actitudes negativas del
entorno hacia su dificultad llevan
como consecuencia implícita la fi-
jación del problema. Es por ello que
consideramos necesario que los
adultos conozcan las orientaciones
y pautas necesarias de los especia-
listas para actuar de forma correcta
ante estas dificultades, ya que des-
empeñan un papel fundamental de
cara a la rehabilitación en este tipo
de trastornos.
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https://www.campuseducacion.com/revista-digital-docente/numeros/16/Cómo citar: