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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 15 - SEPTIEMBRE 2019
tes para que el alumnado pueda
sentirse partícipe del mismo.
• Sociales
El juego recobra importancia ya
que sirve como instrumento socia-
lizador. Donde
las relaciones en-
tre iguales se aúnan con el n de
conseguir unos objetivos comu-
nes.
Por tanto, es sinónimo de so-
ciedad e inmersión cultural, ya que
proporciona muchas ocasiones de
interacción con iguales, trabajando,
con ello, las habilidades sociales,
ya que con el juego el niño tiene
que regirse a través de unas reglas,
de este modo, va a asimilando el
concepto de normas y reglas que la
sociedad va imponiendo a lo largo
de su vida.
• Coeducativos
Al hablar de coeducación nos re-
ferimos al
planteamiento de los
valores del juego hacia la igual-
dad de oportunidades y derechos.
Es por ello que deben partir de la
eliminación de actitudes sexistas
y violentas. Para que un juego sea
coeducativo es necesario que con-
tenga los siguientes parámetros:
ser heterogéneo, ser cooperativo,
tener las mimas reglas para todos,
velar por una participación igualita-
ria y no afrontar roles estereotipa-
dos.
• Activos
Por juego activo entendemos to-
dos aquellos
juegos que compar-
ten tiempo dos o más personas,
donde se interactúa físicamente
y cognitivamente.
Estos han de
evitar la eliminación de cualquier
participante o la ausencia momen-
tánea de los mismos, de modo que
la participación global sea el foco
del juego.
• Libres
Cuanto más estructurado está
el juego, es menos juego. En este
sentido, un juego libre es aquél
que
dentro de un contexto propor-
cionado, es el niño quién decide
cómo, qué y con quién quiere
jugar,
estableciendo sus propias
reglas y eligiendo los materiales
deseados entre aquellos proporcio-
nados.
Propuestas
Para desarrollar una buena dina-
mización de nuestros patios y re-
creos se requiere, en primer lugar,
de una intervención docente. Esta
intervención debe seguir una pro-
gresión para su propuesta siempre
desde una perspectiva lúdica, di-
dáctica e inclusiva.
Dicha progresión podría presen-
tar la siguiente estructura:
1. Plantear
diferentes
juegos re-
cogidos por zonas,
donde los
juegos reúnan los anteriores
requisitos descritos. Debe pre-
sentarse el juego, así como el
material y la información que lo
identifica de diversas formas (vi-
sual, escrito, gráfico), de manera
que todo el alumnado tenga ac-
ceso al juego.
2. Observar
a través de registros
las zonas de intervención
en el
patio, con el fin de establecer un
análisis crítico sobre cómo se
juega, quiénes juegan y la forma
en que el alumnado juega. En el
caso de detectar situaciones no
deseadas, debemos conocer su
origen y, en este caso, replantear
el juego propuesto o la dinámica
planteada.
3. Establecer un calendario de
juegos por cursos,
donde el
alumnado conozca los días y
juegos que le corresponden. Así
mismo, los docentes pueden
plantear su propio calendario co-
rrespondiente en función de los
turnos de vigilancia de recreo,
para poder supervisar y resolver
diversas situaciones (dudas, in-