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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 15 - SEPTIEMBRE 2019
da rapidez, destreza y alcance (los
jóvenes inmersos en las redes tie-
nen un rango de contactos y amis-
tades potencialmente internacional,
lo que resultaba muy difícil para
sus padres), pero muchas veces al
costo de no poder desprenderse de
ellas por el carácter omniabarcante
de las TIC en la actualidad.
Podemos decir al respecto que
las TIC han pasado, para gran parte
de la juventud, de ser herramientas
de la vida social a ser la condición
única necesaria de las mismas; las
redes ya no reflejan la vida del jo-
ven, ahora es la vida del joven la
que se refleja en las redes sociales.
Un problema creciente
El epicentro de la vulnerabilidad
de muchos jóvenes en el mundo
de las redes es la total dependen-
cia de ellas para la socialización, lo
cual contribuye a que se configuren
víctimas de agresiones que
sensu
scrito
no constituyen alguna ame-
naza física grave.
Cualquier amenaza a la conectivi-
dad social por medio de las redes
es causa de pánico para quien es
totalmente dependiente de ellas. Y
la dificultad para discernir la fron-
tera entre lo
online
y lo
offline
con-
lleva graves consecuencias para la
vida cotidiana, principalmente por
la constitución de un cuadro de alto
riesgo frente al ciberacoso.
Acoso y TIC
En el entorno escolar encontra-
mos el llamado
acoso escolar o
bullying
, relacionado con
“aque-
llas conductas agresivas, inten-
cionadas y constantes entre los
escolares, donde existe la gura
del matón (bully), que es la perso-
na que tiene el poder injustamen-
te (el acosador) y actúa de forma
abusiva sobre la persona más dé-
bil (la víctima)”
(Irurtia, Avilés y
Arias, 2009).
Ahora bien, si trasladamos al pla-
no tecnológico el acoso, éste reci-
be el nombre de ciberbullying, el
cual, si bien tiene similitudes con el
tradicional acoso escolar, pues las
víctimas de ambos tipos de acoso
frecuentemente pueden recibir in-
sultos y amenazas, ya sea de forma
virtual como presencial, presenta
características distintivas propias
de los medios en los cuales se rea-
liza.
En todo caso podríamos definir
al
ciberbullying
, de forma general,
como el
perjuicio continuo e in-
tencionado, realizado a través de
medios electrónicos, entre igua-
les.
Como se ha estado analizando, desde
el punto de vista educativo, el ciberbu-
llying coincide con el bullying en que
comparte los componentes básicos
(intencionalidad, desequilibrio de po-
der y recurrencia de las acciones) y,
además, añade otros específicos, como
son cierto anonimato en las acciones,
la desinhibición virtual que se da en los
participantes, la audiencia agrandada
destinataria de las agresiones o la re-
ducción de claves socioemocionales
en las dinámicas de agresión (Instituto
Nacional de Tecnologías de la Comuni-
cación, 2013)
Además de la humillación ante un
público masivo, se establece una
retroalimentación por el fácil acce-
so a la información y la rapidez con
que ésta se comparte.
Pero ¿cuál es el origen del pro-
blema? ¿Por qué parece que cada
día encontramos más casos de ci-
beracoso?
Sin importar la clase social, todos
tienen el mismo problema: “Para ser
tienen que tener”, y están convencidos
de eso. El individuo no nace solidario,
nace con el impulso de la autosatis-
facción, y por eso desde el jardín de
infantes hay que enseñarle a aprender a
controlarlo. Hoy en día los niños tienen
cero tolerancia a la frustración, no ad-
vierten que en el mundo hay otros con
otras necesidades, no ven los valores
de los demás y no contemplan la posi-
bilidad de ayudarse a partir de ese otro.
Es una lógica de consumo capitalista.
Son niños consumidores, los niños del
‘llame ya’. A los adolescentes les están
mandando un mensaje que les promete
continuamente sentir placer inmediato,
ya sea por medio de las drogas, la ropa
o el uso de un celular. Y eso lo único
que hace es esclavizarlos, diluir su nivel
de ciudadanía y convertirlos en simples