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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 14 - JUNIO 2019
de crear un hábito de pensamien-
to que el alumno interiorice a
medida que va practicándolo para
llegar nalmente a su automati-
zación, dando como resultado el
pensamiento autónomo.
Es importante dotar a los alum-
nos de una amplia variedad de
rutinas de pensamiento ya que el
objetivo de las mismas será
lograr
el desarrollo de un pensamiento
autónomo y autosu ciente para
distintas situaciones prácticas
y,
por tanto, lo que interesa es que los
alumnos puedan valorar y decidir,
en función de sus necesidades, po-
sibilidades y del contexto, cuál de
estos patrones es más adecuado
utilizar para la situación concreta.
Para alcanzar un pensamiento crí-
tico y autónomo se requiere tiempo
y práctica, es por tanto un proce-
so que debe iniciarse en edades
tempranas facilitando, entonces, el
perfeccionamiento de esta técnica.
Debe tenerse en cuenta que
en la
etapa de la Educación Infantil no
es tan importante que los niños
lleguen a las conclusiones previs-
tas, sino el proceso de la rutina de
pensamiento en sí mismo.
Investigación y
experiencia para hacer
el pensamiento visible
Swartz, Beyer, Reagan y Kallick
(2013) presentan un enfoque ac-
tual basado en la investigación y la
experiencia sobre cómo
manipu-
lando el saber y haciendo el pen-
samiento visible las personas son
capaces de recuperar, a posterio-
ri, la información que sea necesa-
ria para utilizarla mejor e, inclu-
so, inferirla a otras situaciones.
Existen diferentes formas de pen-
samiento según a qué atendamos
para clasificarlas.
Se puede decir que para que
nuestro pensamiento sea producti-
vo debemos cultivarlo y entrenarlo.
Con el tiempo, nuestra forma de
pensar se automatiza
, y el pen-
samiento se convierte en algo que
ocurre inconscientemente, por lo
que se puede decir que se puede
enseñar y, por tanto, puede apren-
derse a pensar.
Con las llamadas rutinas del pen-
samiento conseguimos un patrón
de pensamiento que nos permite el
análisis de los conocimientos, así
como un uso más práctico, eficaz
y ordenado de los mismos, lo que
fcilita la relación entre conceptos
nuevos e ideas previas, constru-
yendo complejas redes interrela-
cionadas que posibilitan una mejor
comprensión de la realidad.
Perkins (2009) hace hincapié en
la diferencia entre los términos
conocer y comprender.
El prime-
ro se refiere a poseer unos deter-
minados contenidos, mientras que
el segundo, incluye además de la
posesión, el dominio y la capacidad
de operar e inferir dichos conoci-
mientos a otras situaciones.
Jiménez, Pérez y Fernández
(2007) definen las
estrategias de
aprendizaje
como procesos me-
diante los cuales el alumno selec-
ciona consciente e intencionalmen-
te conocimientos que ya posee, los
utiliza y adapta a una situación par-
ticular para conseguir un propósito
determinado.
Se caracterizan por:
• Son competencias mentales que
se aprenden y se enseñan. Sin
duda cabe destacar que, aunque
pueden enseñarse, es necesario
e indispensable que el individuo
contribuya activamente y practi-
que su uso para el aprendizaje.
• Están orientadas hacia un propó-
sito que el sujeto puede identifi-
car.
• Son consideradas habilidades de
orden superior porque integran
el uso coordinado de habilida-
des, técnicas y/o destrezas.
• Requieren la necesidad de aná-
lisis y selección de los recursos
y las capacidades que posee el
sujeto para poder inferir una es-
trategia adecuada a la situación.
Cuantos más recursos conozca y
domine el alumno, más probabi-
lidad de éxito en la búsqueda de
soluciones tendrá.
• Son dinámicas, flexibles y mo-
dificables, por lo que se pueden
trasladar a multitud de circuns-
tancias, no sólo a nivel escolar,
sino para la vida cotidiana en
general.
Si atendemos aestas caracterís-
ticas se podría a rmar que las ru-
tinas de pensamiento están dentro
de las estrategias de aprendizaje.
Las rutinas de
pensamiento desde un
enfoque significativo
El
aprendizaje signi cativo
está
caracterizado por las
conexiones
que se establecen entre lo que ya