19
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 14 - JUNIO 2019
e interés por el tema a tratar. Este
momento oportuno será la apari-
ción de un conflicto real, sin nece-
sidad de forzar ninguna situación,
ya que lo más importante es espe-
rar a que los alumnos sean quienes
marquen los ritmos de trabajo. La
espontaneidad del alumnado es
una riqueza en sí misma y hay que
exprimirla al máximo.
Los conflictos son numerosos en
las escuelas y los docentes no pue-
den, ni deben, intervenir en todos
ellos, pues coartarían la autonomía
de los estudiantes para enfrentarse
a ellos y resolverlos eficazmente.
En el tratamiento de conflictos es
muy importante dedicar el tiempo
suficiente a la realización de una
evaluación inicial sobre la situa-
ción real del grupo
y en cuanto a
las habilidades de resolución de
conflictos de las que se disponen
para poder actuar acordemente al
problema detectado.
El centro del problema
Tras la detección del problema y
la identificación de los principales
implicados, es necesario que el do-
cente calme la situación y una bue-
na forma para ello introducirse en
el núcleo del problema.
El punto de partida será invitar
a los protagonistas del conflicto a
explicar, frente a toda la clase, qué
ha pasado entre ellos. No tiene por
qué ser nada importante porque en
realidad lo que se pretende buscar
es una situación inicial a partir de la
cual trabajar.
En el momento en que los alum-
nos exponen lo sucedido, les ofre-
cemos un tiempo y un espacio para
su libre expresión. En algunos ca-
sos pueden encontrarse aspectos
como timidez, sentido del ridículo,
ansiedad por sentirse observado,
miedo a las consecuencias, incer-
tidumbre ante la reacción del pro-
fesor, etc.
Un aspecto decisivo supone ani-
mar al resto de los compañeros a
participar de la discusión del con-
flicto, aportando ideas y otros pun-
tos de vista.
Gracias a todo esto, se van en-
contrando respuestas a las pre-
guntas, confirmando las hipótesis
iniciales, contemplando la realidad
desde diferentes ópticas… hasta
llegar al momento de saltar hacia el
rincón de la mediación.
El Rincón de la
Mediación
Es importante marcar previamen-
te los objetivos que se quieren con-
seguir para que los alumnos sepan
en todo momento que ellos mis-
mos son los protagonistas, quienes
deben encontrar las soluciones pa-
cíficas que pretendemos.
En este punto se continuaría con
el conflicto anteriormente detecta-
do y comentado en clase, aunque
pueden utilizarse recursos adicio-
nales, como vídeos o
historias
sobe mediaciones reales que
conecten emocionalmente con el
alumnado.
En la fase de demostración, se
debe trabajar todo lo relacionado
con la formación de alumnado, en
los conceptos básicos tales como
mediación escolar, mediador, con-
flicto, resolución pacífica, cultura
de paz...
Todo mediante dinámicas y ac-
tividades competenciales que ge-
neren no sólo una
motivación
,
sino un
aprendizaje signi cativo
y vivencial.
Asimismo, se deben
entrenar habilidades y destrezas
relacionadas con la resolución de
conflictos, técnicas comunicativas,
lenguaje coeducativo y respetuoso.
El espacio físico
En el aula debe crearse un espa-
cio específico para la finalidad per-
seguida, que será llamado “El Rin-
cón de la Mediación”, un espacio
destinado única y exclusivamente
a la resolución de conflictos que
se produzcan durante el curso, los
cuales van a tener que ser gestiona-
dos íntegramente por los alumnos.
Este espacio se convertirá en un
punto de encuentro cada vez que se
produzca un conflicto en el aula, o
incluso fuera de ella.
En este rincón debe contar con
dos zonas: por una parte, una que
acoja el
decálogo
sobre cómo se
debería actuar ante un problema,
el cual ha debido ser elaborado con
anterioridad de manera conjunta
entre todos los alumnos, en una di-
námica previa de clase en la fase de
demostración y, por otra parte, un
espacio, como una mesa, donde se
encuentren unas hojas que se po-
drían llamar
registro de mediación
.
Dichas hojas son las que reflejarán
los procesos que se materialicen en
el momento de la resolución de los
conflictos.