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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 14 - JUNIO 2019
vidades que supongan la práctica
y evaluación de cada una de las
inteligencias y así conocer las que
los alumnos controlan y en las que
necesitan mejorar. Pero, ¿cómo
podemos hacerlo? Según Gardner
(1987) se debemos emplear una
correcta metodología que se centre
en cuatro estrategias didácticas:
observación, identificación, plan de
acción y puesta en marcha.
1. Observación.
Se debe observar de manera con-
tinuada la forma de trabajar de los
estudiantes en el aula y prestarles
toda la atención posible.
2. Identi cación.
Es necesario identificar sus habi-
lidades y debilidades para estable-
cer el punto de salida.
3. Plan de acción.
Según las impresiones y sen-
saciones causadas, emplearemos
unas estrategias didácticas u otras,
pues lo principal es crear un buen
ambiente de trabajo donde todo el
alumnado se sienta a gusto y con
ganas de aprender.
4. Puesta en marcha.
Conocido al grupo-clase y tras la
preparación de todas las activida-
des, se puede dar comienzo al plan
de acción en donde se trabajarán los
ejercicios adecuados para poten-
ciar sus cualidades (inteligencias).
Tras haber practicado las inteli-
gencias de forma aislada, deberá
darse paso a la aplicación de una
propuesta metodológica que con-
sista en la unificación de todas
ellas para poder trabajarlas de
forma conjunta. En este caso, es
conveniente desarrollar
una me-
todología activa, comunicativa
y participativa
en un entorno in-
clusivo en el que se dé respuesta
a las necesidades y se respete el
ritmo de aprendizaje de todos y
cada uno de los alumnos, crean-
do así situaciones lo más favora-
bles posibles para el aprendizaje.
Es imprescindible, de igual modo,
contribuir a que los alumnos cons-
truyan su propio aprendizaje, acer-
cándolos hacia una metodología
apoyada en suscitar aprendizajes
significativos a la par que se desa-
rrollan las inteligencias múltiples,
siempre aprovechando sus motiva-
ciones e intereses.
Otra estrategia a la que puede re-
currirse es a la gamificación o, lo
que es lo mismo, la inclusión de
elementos lúdicos al entorno aca-
démico, lo que brindará muchos
aspectos positivos: aumentar la
motivación del alumnado, promo-
ver el aprendizaje activo, estimular
la creatividad y la imaginación, fa-
vorecer la autonomía del estudiante
y ayudar a controlar lo que se está
aprendiendo.
Atención a la
diversidad
La teoría de las inteligencias múl-
tiples propone un nuevo enfoque
para el estudio y desarrollo de la
inteligencia. En términos genera-
les, “supone un modo global para
afrontar las diferencias personales
y comprender las capacidades e
intereses individuales” (Armstrong,
2007). Esta teoría permite explicar
cómo personas con habilidades
extraordinarias en algunos campos
pueden resultar no tan brillantes en
muchos otros. Por lo tanto, si cada
uno tenemos un perfil de inteligen-
cia distinto y tenemos más domi-
nadas unas inteligencias que otras,
aprendemos de maneras distintas
y controlamos unas habilidades
concretas, a diferencia del resto de
individuos. En este sentido, resulta
obvio mencionar la atención a la di-
versidad, desde los parámetros bá-
sicos de personalización del apren-
dizaje y desarrollo individualizado.
De esta manera, tendremos que
tener en cuenta dos aspectos fun-
damentales para abarcar la aten-
ción a la diversidad:
• Personalización de los
aprendizajes.
La escuela debe permitir que cada
uno aprenda de la mejor manera y
demuestre su aprendizaje de la for-
ma con la que se exprese mejor.
• Pluralización de los
aprendizajes.
El centro escolar tiene que di-
versificar la manera en que enseña
para que todos los alumnos tengan
las mismas posibilidades de com-
prensión. El pluralismo es la técni-
ca para comprender un concepto
de la manera más completa.
La idea es ofrecer a cada alumno
los medios adecuados y las mejo-
res oportunidades para que pueda
llevar a cabo su aprendizaje de la
mejor forma posible. Así, integra-
mos la diversidad para no discri-