39
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 13 - MARZO 2019
niños TEA que van desde el mutis-
mo hasta con lenguaje estructura-
do. A nivel comprensivo, pueden
manifestar desde una aparente
sordera hasta una comprensión
literal del lenguaje, tienen dificul-
tad para comprender metáforas,
frases hechas, refranes…
• No responden a su nombre, y a
veces a órdenes simples.
• No utiliza pronombres como
“yo”o “tú”
• Tienen dificultades para seguir
conversaciones adecuadas al con-
texto.
• No expresan acciones de juego
simbólico.
• Son poco expresivos al hablar, no
acompañan su lenguaje con ges-
tos de manos y cuerpo y suelen
tener una entonación monótona.
• No utilizan el lenguaje de corte-
sía (saludos, despedidas, discul-
pas...)
Desarrollo
socioemocional
Hace referencia al aprendizaje, a
través de las relaciones sociales, de
las emociones y de la afectividad.
Está muy relacionado con el desa-
rrollo de la comunicación.
• Muestran escasas respuestas ante
los estímulos que se le ofrecen ya
desde la primera infancia.
• Tienen dificultad para anticipar
situaciones y esto les crea angus-
tia ante el entorno social, pues no
entienden las reacciones de las
personas o los juegos.
• También se puede observar su
falta de empatía cuando interac-
cionan con otros, de manera que
sus intentos de relación social se
ven frustrados al no reaccionar de
forma socialmente adecuada ante
los sentimientos de los otros.
Desarrollo psicológico
Los niños TEA tienen en la mayo-
ría de los casos graves problemas
de comunicación esto se traduce en
un desarrollo psicológico caracteri-
zado por problemas de conducta y
frustración que afecta al estado aní-
mico, según Garrido (1997):
• Cuando son pequeños y en sus
primeras experiencias escolares,
al no saber comunicarse suelen
tener conductas disruptivas, con
rabietas continuas.
• Suelen tener cambios emociona-
les bruscos sin razón aparente.
• Son niños inseguros que no com-
prenden el mundo que les rodea.
Intervención educativa
Teniendo en cuenta que el TEA
es un trastorno que perdura a lo
largo de toda la vida, es necesario
llevar a cabo una serie de medidas
y una intervención educativa hasta
una cierta edad, para ayudar a que
la persona pueda llevar una vida lo
más normalizada posible.
A continuación, se expondrán
una serie de planteamientos que se
pueden llevar a cabo en los centros
educativos con estos alumnos, con
el fin de mejorar su calidad de vida,
comprendiendo mejor su comporta-
miento y haciendo que estos alum-
nos entiendan mejor el mundo que
les rodea, de modo que sean lo más
autónomos posible procurando una
respuesta educativa lo más adecua-
da y ajustada a la realidad del alum-
no.
Según Schreibman y Koegel
(1981), en relación a la intervención
educativa, los niños autistas pueden
aprender, pero parece que solo lo
hacen en condiciones de aprendiza-
je muy cuidadas. No aprenden ape-
nas a menos que se sigan, de forma
muy escrupulosa, reglas específicas
de enseñanza, identificadas a tra-
vés de la investigación en el área
del aprendizaje. En el tratamiento
de las personas autistas, el control
adecuado del medio para producir
aprendizaje es actualmente el re-
curso esencial, y bastan pequeñas
desviaciones en la conducta del pro-
fesor para que se produzcan graves
perturbaciones en el aprendizaje del
niño autista.
Como se ha comentado anterior-
mente, es necesario una respuesta
adecuada a las características del
alumno con TEA en los centros
educativos y, siguiendo a Garrido
(1997), vamos a hablar de tres nive-
les de adaptación curricular: adap-
taciones curriculares a nivel de cen-
tro, de aula y de carácter individual.
Adaptaciones a nivel
de centro
• Cambios organizativos en cuanto
a la coordinación de todas las per-
sonas implicadas en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, tipos
de apoyos, colaboración familiar,
acción tutorial, etc.