E
n una época en la que el panorama educativo se encuentra
sumido en la vorágine de la innovación, en el auge de las
nuevas tecnologías y en el ansiado cambio de estrategias y
métodos de enseñanza para mejorar los procesos educaciona-
les, cabe preguntarse: ¿Estamos tomando el camino correcto?
Todos los profesionales educativos coincidirán en una pre-
misa básica: la escuela tradicional, como la conocemos todos,
ya no tiene cabida en nuestros días, en una sociedad mayori-
tariamente digital, con unos alumnos que solamente necesitan
pulsar un botón para disponer de todo tipo de recursos y en un
contexto constantemente cambiante, rápido, versátil. Es nece-
sario que nos esforcemos por cambiar la escuela a la par que
cambia el mundo, de tal forma que ella pueda responder a las
exigencias que cualquier ciudadano del siglo XXI va a requerir
en esta era.
No obstante, y a pesar de que todos los esfuerzos que se
están llevando a cabo por modernizar la enseñanza son muy
loables, útiles y totalmente necesarios, cabe detenerse a re-
flexionar si no estamos descuidando algunos otros aspectos
igualmente vitales para el desarrollo de nuestros alumnos,
como son la humanidad, el sentido del deber, el contacto con la
naturaleza, la educación en buenas maneras, el sentido estético,
y un largo etcétera.
Quizá convendría pensar seriamente en estas cuestiones y
compartir nuestras reflexiones en medios como Campus Edu-
cación Revista Digital Docente. Tal vez sea más enriquecedor
para el niño el contacto con su medio ambiente directo que el
manejo digital. Tal vez sea más motivante para el docente edu-
car para la vida real de sus alumnos que perfeccionar las más
novedosas y exclusivas técnicas de programación y robótica.
Tal vez sea más productivo para todos pensar en nuestro inte-
rior, y en el de los demás, que en las meras apariencias.
El Equipo de
Campus Educación
Revista Digital Docente
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AÑO II - Nº 8 - ENERO 2018
Editorial