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AÑO V - Nº 20 - DICIEMBRE 2020
fuerzo: positivo y negativo. El refuer-
zo positivo hace referencia al que da
lugar que el alumno incremente sus
conductas positivas y correctas.
Por otro lado, Vallés (1990) expone
que, el refuerzo positivo da lugar a
aumentar la probabilidad de repetir
conductas correctas por parte de
los niños, ya que se les proporcio-
na un estímulo adecuado para que
se favorezca. Así mismo, este autor
expone el siguiente ejemplo: cuan-
do se da una buena conducta o
comportamiento en un alumno, se
le permite jugar diez minutos con
plastilina. En otras palabras, si los
alumnos aprenden a modificar su
comportamiento en base a las con-
secuencias que este produce, las
conductas disruptivas tendrán una
disminución significativa.
Existen
dos tipos de reforzadores
del comportamiento, los reforzadores
extrínsecos
, que se los da el docen-
te al alumno como, por ejemplo, un
elogio. Por otro lado, los reforzadores
intrínsecos
, que se generan por los
pensamientos o sentimientos de la
propia persona, es decir, son internos.
Como, por ejemplo, el sentimiento de
autosuficiencia (Vallés, 1990).
El refuerzo positivo implica presentar
consecuencias positivas en forma de
recompensas o premios al alumna-
do, inmediatamente después de una
conducta concreta para que, de este
modo, aumente la posibilidad de que
esta conducta se repita en un futuro
(Albert, 2007). Siguiendo en la mis-
ma línea, Skinner (1987, citado Ma-
cLean, 2013), planteó la hipótesis de
que el comportamiento de los alum-
nos se podría entender a través de
la motivación y los refuerzos que los
docentes imponían a los estudiantes.
Así pues, en el aula, los refuerzos a
corto plazo permiten alentar o debili-
tar determinadas conductas.
De la Torre (2003) expone en su
estudio una propuesta basada en el
refuerzo positivo y la economía de
fichas -técnica a la que se hará re-
ferencia más adelante, puesto que
es en la que se basa la aplicación
ClassDojo- como estrategia para la
modificación de la conducta de los
alumnos, de manera que se pueda
reforzar su éxito haciéndoles enten-
der que sus actos tienen consecuen-
cias. Por tanto, dependerá de ellos
que esas consecuencias se convier-
tan en positivas o negativas.
Cabe destacar, como se ha expuesto
en el apartado anterior que, a través
del condicionamiento operante, se
refuerzan o debilitan las conductas
voluntarias asociándolas a reper-
cusiones positivas o negativas; así
que, el refuerzo positivo, permite
que se puedan aumentar determina-
das conductas, por eso, se conside-
ra una posible solución a los TCD,
reforzando las conductas adecua-
das que los alumnos tengan y por
su parte, debilitando las conductas
inadecuadas.
Gamificación
educativa
La gamificación es un término re-
lativamente moderno, que procede
del término anglosajón
gamification
,
cuya raíz es game (juego), aunque
la FUNDEU habla del término ludifi-