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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO V - Nº 20 - DICIEMBRE 2020

Según Pérez et al. (2011), las con-

ductas disruptivas son “comporta-

mientos persistentes realizados por

el alumno para boicotear la labor

del profesor y de los compañeros,

así como generar un mal clima en

el aula” (p. 101). Tal y como expo-

nen De la Peña y Palacios (2011),

los trastornos de la conducta dis-

ruptiva

(en adelante,

TCD

) son muy

frecuentes tanto en la infancia como

en la adolescencia. Según el Manual

Diagnóstico DSM-IV

1

, se

engloba

el

Trastorno por Déficit de Atención e

hiperactividad (en adelante,

TDAH

),

el trastorno negativista y desafiante

(en adelante,

TND

) y el trastorno di-

social (en adelante,

TD

).

1

El DSM IV es un Manual diagnóstico y estadístico

de los trastornos mentales, es un libro editado por

la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en el

que se clasifican los trastornos mentales. La edi-

ción vigente es la quinta: DMS-5, publicado el 18

de mayo de 2013.

El

TND

presenta patrones repetitivos

de

conductas negativas, desafian-

tes y desobedientes

dirigidas a las

personas con autoridad como, por

ejemplo: pataletas, discusiones con

adultos y molestar a sus compañe-

ros. La mayoría de niños con TDAH

presentan también este trastorno

(De la Peña y Palacios, 2011).

El

TDAH

es uno de los

trastornos

psiquiátricos

más frecuentes en

los niños. Actualmente un 5% de

la población juvenil lo padece, lo

que se traduce en uno o dos niños

por aula. Es un trastorno de

origen

neurológico

provocado por el des-

equilibrio en los neurotransmisores

cerebrales: la noradrenalina y la do-

pamina, que son las responsables

del autocontrol y la inhibición del

comportamiento inapropiado

2

, por

tanto, produce en el niño hiperacti-

vidad, impulsividad e inatención. La

hiperactividad hace referencia a un

nivel de actividad elevado para su

edad; la impulsividad se refiere al

control de las conductas, emocio-

nes y pensamientos y la inatención

conlleva la dificultad para prestar

atención y mantenerse concentrado

(Asociación Americana de Psiquia-

tría, 2003).

2

FEAADAH (FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASO-

CIACIONES DE AYUDA AL DÉFICIT DE ATENCIÓN

E HIPERACTIVIDAD).

El

TD

es uno de los trastornos más

graves puesto que se caracteriza por

un patrón repetitivo y persistente de

la conducta que provoca

no res-

petar los derechos básicos de las

personas que le rodean, así como

de las normas sociales y las leyes

(De la Peña y Palacios, 2011). Del

mismo modo, Vallés (2016) expone

que, existen dificultades más leves

en los alumnos que les impiden

mantener la atención en determina-

dos momentos.

Así mismo, hay alumnos que pue-

den mostrar impulsividad en su

comportamiento. Autores como

Bornas y Servera (1996, citados en

Vallés, 2016), afirman que la impul-

sividad es un daño en el sistema de

la persona, un fallo que se presenta

en situaciones concretas dando lu-

gar a provocar un comportamiento

ineficaz. Además, cuando ese com-

portamiento se reitera determinadas

veces, se puede evidenciar la pre-

sencia de anomalías en el sistema

autorregulatorio.

Por otro lado, Martín (2010) esta-

blece una

clasificación del com-

portamiento y conductas de los

discentes

que afectan su propio

comportamiento en el aula, en la

que se encuentran las alteraciones

comportamentales, los trastornos

causados por conductas perturba-

doras y los trastornos que afectan al

comportamiento.

En cuanto a las alteraciones com-

portamentales, engloban los tras-

tornos de la eliminación, que causan

pautas de comportamiento inade-

cuado de una manera continua, con

la que se alteran la inteligencia inter-

personal y su desarrollo; el mutismo

selectivo, que se caracteriza por un

mutismo en situaciones concretas

que origina que el alumno no hable

en dichas situaciones; y, por último,

el trastorno reactivo, que surge por

el desorden de los vínculos afectivos

del niño establecidos en su infancia.

Por último, entre los trastornos que

afectan al comportamiento, se en-

cuentra la ansiedad, trastorno muy

frecuente entre los niños y adoles-

centes; el trastorno de ansiedad por

separación, en el que el niño tiene

miedo excesivamente alto a separar-

se de sus vínculos afectivos, gene-

ralmente su familia, por tanto, ma-

nifiesta un bajo rendimiento escolar

y no participa en las tareas grupales;

el trastorno obsesivo-compulsivo,

en el que se dan en los niños pen-

samientos indeseados e intrusivos a

través de conductas estereotipadas

que el niño necesita realizar, lo que

interfiere en su vida diaria, sus acti-

vidades y socialización; los miedos,

que en la mayor parte de ocasiones

suelen disminuir con el paso del

tiempo, pero aun así hay que con-

trolarlos para que no se convier-

tan en una fobia; y por último, las

conductas problemáticas, que se

dividen en la disrupción dentro del

aula, los problemas de disciplina, el

bullying, el vandalismo y la agresión

física.

Es importante que el docente dé

respuesta a cada una de las necesi-

dades de sus alumnos de la manera

más individualizada posible, para