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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018

Así pues, ¿es plausible una educa-

ción basada en elementos fordistas

1

como elemento para dar respuesta a

las necesidades cambiantes de la ac-

tual sociedad del siglo XXI?

Marco teórico

Para poder reflexionar sobre

esta cuestión es necesario conocer

cómo ha evolucionado la pedago-

gía desde el devenir de los tiempos

hasta la actualidad.

Werner Jaeger entendía que la

historia de la pedagogía pone de

manifiesto que ésta “

nació en base

a dos hipótesis: el orden inmutable

del mundo y la naturaleza eterna de

las leyes que gobiernan la naturale-

za humana

” (Porcheddu, 2007).

Dentro de esta evolución social,

estamos asistiendo, según Bau-

man, a una fase líquida

2

de la so-

ciedad, donde es cuestionable la

inalterabilidad del mundo. En esta

nueva dimensión de la sociedad, la

educación y el aprendizaje deben

ser continuos y permanentes a lo

largo de la vida del individuo, de

manera que favorezca el desarro-

llo holístico del sujeto (Porcheddu,

2007). Esta revolución se debe,

en gran medida, a la presencia de

las nuevas tecnologías de la infor-

mación y de la comunicación en

nuestra vida cotidiana, generando

una sociedad que opera con sus

propios códigos y requerimientos

(Chanona, 2017).

Características de

la sociedad líquido-

moderna

Llegados a este punto, es nece-

sario establecer una serie de pre-

misas sobre la sociedad líquida que

deben ser tenidas en cuenta dada

su importancia en la sociedad ac-

tual, pues “

la sociedad posmoder-

na considera a sus miembros en

calidad de consumidores, el inte-

rrogante sobre el cual se medita en

la actualidad es si uno debe consu-

mir para vivir o vive para consumir

(Bauman, 1999). Como aditivo a

este aspecto, es reseñable la ten-

dencia individualista de la educa-

ción, de manera que el aspecto so-

cial queda relegado a un segundo

plano (Rivera, 2010).

Otro elemento destacable de la

sociedad líquido-moderna es el sín-

drome de la impaciencia, descrito

por el propio Bauman. De acuerdo

con el autor, el tiempo es un ele-

mento peyorativo, pues la acepta-

ción de la espera supone retrasar,

e incluso perder, las recompensas

otorgadas a la impaciencia del su-

jeto (Bauman, 2008).

Por tanto, para Bauman, el tiem-

po es sinónimo de “pérdidas”, todo

lo contrario, a lo establecido por

Bustamante, para quien el tiempo

es interpretado como una “oportu-

nidad” (Bustamante, 2013). Tanto

es así, que afirma que el individuo

que se basa en la satisfacción in-

mediata de sus demandas es un

sujeto inmaduro, para quienes la

educación quedará supeditada du-

rante su decurso cronológico (Bus-

tamante, 2013).

Cambio educativo

ligado a la eficiencia

Todos estos aspectos de la so-

ciedad líquida implican un cambio

en el concepto de educación que

hasta ahora se tenía; pues si en un

principio la educación se basaba en

formar individuos con conocimien-

tos alusivos a todas las actuaciones

acaecidas en el pasado como ele-

mento necesario para comprender

el devenir actual de la sociedad, en

la actualidad, la educación se en-

cuentra influenciada por el sector

económico y la eficiencia alusiva

del individuo al mismo.

Moilanen afirma que

“el aprendi-

zaje y el desarrollo parecen ser im-

portantes para la organización, so-

bre todo por razones de eficiencia y

competitividad, (…), mientras que

el punto de vista del ser humano

como tal parece no ser importan-

te”

(Porcheddu, 2007,). Es decir, la

educación presenta como principal

premisa la formación de futuros

trabajadores con competencias

1 El fordismo hace referencia al proceso de organización utilizada por Henry Ford a comienzos del siglo XX para elaborar un coche, basada en la producción

en cadena. Este concepto es aplicado a la educación para aludir al proceso de formación del estudiante, donde el conocimiento adquirido se encuentra

determinado por un currículo educativo cuya finalidad se centra en la producción de un individuo útil para la sociedad (Hergueta, 2017).

2 El concepto de sociedad líquida enunciado por Bauman alude a individuos con capacidad de flexibilización, adaptándose a las nuevas demandas sociales,

distanciándose de la rigidez conductual propia de épocas anteriores.

Fig. 1:

Zygmunt Bauman.

Fuente: El País.

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