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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018
tacto con una estructura de valores
que nos van a modelar para el día
de mañana.
Sin embargo, también podemos
encontrarnos con crisis de valores
cuando se habla de los diversos
factores que contribuyen a mermar
la capacidad socializadora de la
familia. Entre ellos se encuentran,
según Bolívar (2006), la desinsti-
tucionalización e individualización
actual de la misma y la desestructu-
ración del cuadro de ideas, valores
y códigos de la vida cotidiana.
Modelos familiares
Existen diversas tipologías de
modelos familiares (Flaquer, 1998),
las cuales nos ayudan a organizar
la amplitud de diversidad familiar
con la que nos encontramos y que
además va creciendo según el paso
del tiempo. Integrando las ideas de
este autor, podemos considerar los
siguientes modelos:
Familia nuclear
Matrimonio formado por un hom-
bre, una mujer y sus hijos. Dentro
de la familia nuclear hay distintos
tipos caracterizados por las rela-
ciones que se dan entre padre e
hijo y la educación en valores que
se transmite en la misma. De esta
manera, existe la familia caracteri-
zada por poseer una buena relación
entre progenitor y descendencia
donde se genera una capacidad
educadora adecuada para que la
moralidad, la formación y el dinero
sean los valores más sobresalien-
tes; una familia nuclear de tipo con-
flictivo, donde las relaciones que
se dan son tormentosas, no existe
diálogo y la capacidad educadora
es nula; una familia nominal, en la
que no se comparten los objetivos
familiares, pero la convivencia es
pacífica, la capacidad educadora
es escasa y los valores no se in-
teriorizan; y, por último, la familia
adoptiva, donde hay muy buena co-
municación, siendo la libertad y la
igualdad de todos los miembros de
la familia el principio fundamental,
creando de esta forma un ambiente
idóneo para la transmisión de valo-
res y creencias.
Familia monoparental
También denominadas incom-
pletas, rotas o descompuestas. En
ellas conviven bajo el mismo techo
madre o padre con hijos. Dentro de
las familias monoparentales exis-
te diversidad en cuanto a causas
y a situaciones (madres/padres
solteros, abandono, anulación, se-
paración, divorcio, viudedad, hos-
pitalización, emigración, trabajo,
encarcelación o adopción). Todo
esto conlleva unas dificultades aña-
didas a la hora de la educación de
los hijos.
Familia reconstruida
También denominada reconsti-
tuida, reorganizada, mixtas o de
segundas nupcias. Son aquellas
formadas por una persona viuda o
divorciada (ya sea hombre o mujer)
que se une a otra llevándose con-
sigo a los hijos. Esta familia puede
conllevar unas dificultades puesto
que nacen de la pérdida y ¨arras-
tran¨ de alguna manera una historia
familiar anterior.
Familia homoparental
Formada por una pareja del mis-
mo sexo con descendencia aporta-
da de relaciones en etapas anterio-
res, bien por adopción, acogida o
por técnicas de reproducción asisti-
da. Existen prejuicios sociales con-
tra este tipo de familias en cuanto
a poner en duda su inestabilidad e
incapacidad en habilidades paren-
tales, criticándoles el ambiente que
se les ofrece a los hijos. Sin em-
bargo, se ha demostrado que estas
creencias son erróneas y que son
capaces de educar a los niños con
las mismas habilidades parentales
que cualquier familia habitual.
Familia extensa
Cuando se incorporan a la familia
nuclear, monoparental o recons-
truida algún otro miembro, por
ejemplo, un abuelo.
Parejas cohabitantes
Pareja unida de forma pública,
pero que no está casada. Estas
parejas pueden o no tener hijos y
también se las denomina parejas de
hecho o informales.
Familia acéfala
Aquella donde no hay hijos, por
decisión propia o no.
Hogar unipersonal
Realmente no se trata de una
forma familiar pero sí que se trata
de una forma de vida (solitarios,
solteros, separados, divorciados,
viudos…).
Los cambios en la
familia
En la actualidad estamos viviendo
momentos de cambios a nivel so-
cial que afectan a todos. La familia
no es ajena a esto y también está
sufriendo transformaciones parti-
culares que en algunos momentos
dificultan una buena imagen de la
misma. Es por ello, como dicen Pé-
rez, Chuliá y Valiente (2002), que
en ocasiones se escucha hablar
de “crisis en la familia” en cuanto
al concepto con el que tradicional-
mente hemos conocido a la familia,
puesto que los valores familiares
han ido cambiando con ella a lo lar-
go del tiempo.
Aun así, encontramos aspectos
muy positivos en la familia de hoy
que no podemos dejar demencionar
y que nos sirven de enriquecimien-
to y esperanza hacia una revaloriza-
ción de la familia actual. Siguiendo
a Falquer (1998), la igualdad entre
sexos es sin duda uno de estos as-
pectos positivos, traducido en un
reparto de las tareas domésticas y
un nuevo concepto de paternidad
donde el papel del padre adopta
protagonismo involucrándose más
en el desarrollo y en la educación