bilizando se su propio aprendizaje
para convertirse en el auténtico
protagonista del mismo.
Ello exige un trabajo complemen-
tario del profesorado que debe, en
todo momento, sugerir las activida-
des más adecuadas a los objetivos
perseguidos en el proceso educati-
vo y a las características del grupo,
facilitando el asesoramiento y los
recursos precisos de forma con-
tinuada, superando los diferentes
obstáculos que se presenten en el
transcurso de la actividad docente
y, al mismo tiempo, introduciendo
los procesos de autoevaluación y
coevaluación precisos que faciliten
información al alumnado de su pro-
pio proceso de aprendizaje y de las
modificaciones que debe ir introdu-
ciendo en cada momento.
En este sentido, la introducción
de las Ciencias Sociales en los pla-
nes de estudio de Secundaria supo-
ne, pues, una nueva y gran oportu-
nidad para generar un profesional
competente y reconocido en su la-
bor, formado en el arte de enseñar
la disciplina de la que sea especia-
lista. Asimismo, debe sentar las ba-
ses para romper definitivamente las
barreras que han mantenido aleja-
dos a los Institutos de Secundaria
y la Universidad. Esta última, por
su parte, debe alentar, promover y
valorar la investigación y la inno-
vación educativa en los centros de
enseñanza. Todo ello con un único
objetivo: la implantación de una en-
señanza con rigor científico y meto-
dológico que contribuya a mejorar
la calidad de la enseñanza.
Nuevas perspectivas
Frente a la vieja pretensión de que
la historia sirva para crear sentido
patriótico, avivar los sentimientos
nacionales o representar un saber
cuya única utilidad sea la mera eru-
dición, la nueva enseñanza de la
historia defiende acercar al alumno
a la lógica de una ciencia social que
permita formar a los estudiantes en
el análisis de la sociedad, función
que representa el mejor camino
para educar ciudadanos libres y
con capacidad para discernir por
ellos mismos sobre los problemas
sociales de nuestro tiempo.
Y es que la enseñanza de las
Ciencias Sociales ha de superar los
viejos sistemas memorísticos de
fechas, reyes, batallas y glosas de
las gestas nacionales. La renova-
ción de la historiografía, los avan-
ces en la pedagogía y la psicología,
así como la propia evolución social
han dejado obsoleta la tradicional
función educativa que pretendía
simplemente adoctrinar.
Lo relevante del aprendizaje de
las Ciencias Sociales no es acu-
mular conocimientos, lo relevan-
te es entender el funcionamiento
de la sociedad en el pasado, en el
presente y el futuro, pues la propia
historia tiene, por si misma, un alto
poder formativo para los futuros
ciudadanos. Se trata de un inme-
jorable laboratorio escolar para el
análisis social en el que los estu-
diantes aprenderán a realizar un
análisis crítico de la realidad, base
fundamental para ejercer plena-
mente su libertad.
El aprendizaje de las Ciencias So-
ciales ayuda, además, a entender
la complejidad de cualquier acon-
tecimiento, de cualquier fenómeno
social, político o económico, y, en
definitiva, ayuda a enriquecer sus-
tancialmente el pensamiento.
Esta nueva concepción del saber
escolar supone primar los métodos
didácticos que incorporan la resolu-
ción de problemas, la introducción
de técnicas como la indagación o el
aprendizaje por descubrimiento y,
finalmente, la necesaria introduc-
ción en la investigación histórica y
social.
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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO II - Nº 7 - NOVIEMBRE 2017
• Prats, J. (2001).
Enseñar
Historia: notas para una
didáctica renovadora
. Mérida:
Consejería de Educación,
Ciencia y Tecnología.
Referencias
Bibliográficas
García Moreno, D. (2017, Noviembre). El
conocimiento científico de las Ciencias
Sociales. Su influencia en los planes
de estudio de Secundaria.
Campus
Educación Revista Digital Docente
, Nº7,
p. 43-45. Disponible en: https://www.
campuseducacion.com/revista-digital-
docente/numeros/7/
Cómo citar: