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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO V - Nº 19 - SEPTIEMBRE 2020
traciones educativas dispondrán los
medios necesarios para que todo el
alumnado alcance el máximo
desa-
rrollo personal,
intelectual, social y
emocional,
así como los objetivos
establecidos con carácter general en
la presente Ley”
. También, entre las
finalidades de la Educación Primaria
se encuentra la facilitación del desa-
rrollo de la
afectividad
,
“con el fin
de garantizar una formación integral
que contribuya al pleno desarrollo
de la personalidad de los alumnos y
alumnas y de prepararlos para cur-
sar con aprovechamiento la Educa-
ción Secundaria Obligatoria”
.
Como se puede observar, en la ac-
tual ley educativa se da importancia
al proceso educativo de la persona
con el fin de conseguir un desarrollo
holístico de esta, incluyendo así la
educación emocional.
Además, si nos fijáramos en el cu-
rrículo de Educación Primaria, una
asignatura que favorecería enorme-
mente la educación en emociones
sería sin duda la Educación Física,
debido a la gran interacción social
que conlleva. Es cierto que la activi-
dad física en sí proporciona una me-
jora de la salud a nivel psíquico, físi-
co y social, así como una adecuada
utilización del tiempo libre. Por ello,
la realización de actividad física sirve
como medio para el desarrollo per-
sonal y conseguir una buena calidad
de vida. Esto es algo que se transmite
a través de la cultura y la educación.
En este sentido, “cultura”, que etimo-
lógicamente es cultivar, cuidar (So-
brevilla, 1998), se refiere a cultivarse
física, moral y mentalmente, lo que
significa educarse de forma integral.
Así, vemos que la cultura está aso-
ciada a la educación, la cual explica lo
que es el ser humano: cuerpo, mente
y espíritu (Pinillos, J. y Rúa, J., 2014).
Pues
a través de la asignatura de
Educación Física se busca ese de-
sarrollo integral en el alumnado
,
potenciando el desarrollo de sus ca-
pacidades a nivel motor e integran-
do el trabajo de actitudes, valores y
normas con respecto a la vida y a su
cuerpo (Pellicer, 2007).
La Educación Física es la que ha de con-
vertirse en potenciadora de habilidades
sociales, sin limitarse a las prácticas
deportivas y competitivas, evitando una
asignatura anclada en un enfoque me-
canicista y de rendimiento (Restrepo,
2008).
La Educación Física, a través del
juego motriz, propicia la alfabeti-
zación emocional (Lavega, Filella,
Lagardera, Mateu, y Ochoa, 2013)
y puede ser el espacio para desa-
rrollar acciones hacia el bienestar
personal y vida más saludable, con
las que sentirse bien con el propio
cuerpo, mejorando la autoestima
y consecuentemente mejorando el
bienestar psicológico. Las activi-
dades pueden fomentar la comu-
nicación, el lenguaje emocional y
la expresión corporal en el ámbito
intrapersonal e interpersonal, donde
además se desarrollan actitudes de
compañerismo, cooperación, tole-
rancia y aceptación. En definitiva, de
competencia social.
Para conseguir estos objetivos se
enlazan un conjunto de acciones pe-
dagógicas que se centran en la mo-
tricidad de cada uno, la cual es per-
cibida y vivida. Con su participación
activa en el grupo-clase, el alumno
es capaz de interpretar e interiorizar
su contexto y desarrollar las capa-
cidades de autonomía, de reflexión,
de análisis y de síntesis, así como la
toma de decisiones (Pellicer, 2007).
Para ello
se requiere de un mode-
lo de docente muy cercano al perfil
de animador o entrenador deporti-
vo, donde su actuación se orienta
a fomentar la empatía, el respeto,
la colaboración
. Donde ayudar a los
estudiantes a mejorar su autoestima
para que sean capaces de proyectar-
se y construirse con los otros (Gon-
zález, Rivera y Trigueros, 2014).
Emociones en el Juego
Motor
La Educación Física puede ser fa-
cilitadora de diferentes recursos pe-
dagógicos, pero el juego motor des-
empeña un papel muy especial para
promover diferentes habilidades en
cuanto a educación se refiere. En
el espacio en el que se aborda esta
asignatura es esencial plantearse la
educación emocional, pues el jue-
go motor es una eficaz herramienta
para llevarla a cabo. Este desenca-
dena experiencias motrices que son
al mismo tiempo vivencias emocio-
nales (Lavega, Filella, Lagardera,
Mateu y Ochoa, 2013), las cuales
pueden contribuir a que se desarro-
lle la Inteligencia Emocional.
Desde que nacemos nuestras
emociones manifiestan la relación
afectiva que conservamos con no-
sotros mismos y con lo que nos