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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO V - Nº 19 - SEPTIEMBRE 2020
Por otro lado, es importante re-
flexionar sobre el concepto de
com-
petencia mediática
, que entende-
mos como toda aquella posesión
de
habilidades, entrenamiento y
dominio que se encuentran ínti-
mamente vinculadas con las seis
dimensiones básicas
que se co-
nocen. Dichas dimensiones básicas
son los lenguajes, la tecnología, los
procesos de producción y difusión,
los procesos de recepción e interac-
ción, la ideología y los valores, y la
dimensión estética; estando directa-
mente relacionadas con la alfabeti-
zación digital las dos primeras.
En definitiva, para conseguir obtener
un buen dominio sobre los diferen-
tes dispositivos digitales hay que
poseer una correcta competencia y
alfabetización mediática y, por ende,
también una alfabetización digital.
Evolución del impacto
de las TIC en la
educación
La inclusión de las TIC ha su-
puesto una auténtica revolución en
la sociedad desde hace un tiempo.
Siempre que se habla de la glo-
balización y la relación que tienen
las TIC con la misma, se piensa en
campos tales como la economía, la
política, el comercio o el turismo,
entre otros. Pero esta correlación va
más allá, llegando también al ámbito
educativo. Gracias a este influjo de
las TIC en la educación se ha pasa-
do de una educación basada en una
metodología tradicional, con pro-
cesos de enseñanza – aprendizaje
donde el docente era el centro y guía
de la educación, a una educación
diametralmente opuesta, donde las
TIC tienen un peso específico dentro
del aula, dando a lugar a creacio-
nes como los entornos virtuales de
aprendizaje.
Esta evolución comenzó con la lle-
gada masiva de ordenadores a las
aulas, momento en que se pudo ver
que imperaba el
modelo 1:1
, que
consiste en equipar a u
n alumno
con un ordenador
. Esto otorgó a los
estudiantes la posibilidad de poder
realizar múltiples tareas, reproducir
y editar archivos de audio, vídeo y
textos escritos, otorgándole una
eficacia inusual al modelo (Sagol,
2011). Esto permitió dejar atrás el
modelo presencial, flexibilizando,
personalizando y produciendo un
aumento del espacio educativo (Pé-
rez, 2000). En dicho modelo asisten-
cial, se combina la utilización de dis-
positivos TIC como la pizarra digital
interactiva con la exposición ma-
gistral, evitando las distracciones y
favoreciendo la disciplina de trabajo.
Posteriormente esto cambió cuando
se comenzó a dar uso a la
educa-
ción semipresencial (blended lear-
ning)
, a medio camino entre la pre-
sencial y a distancia (Gómez, 2011).
El b-learning otorga una gran flexi-
bilidad al proceso de enseñanza, ya
que los estudiantes pueden elegir el
lugar, momento y espacio para de-
sarrollar su aprendizaje. De esta ma-
nera, se pueden romper las barreras
espacio-temporales y conseguir una
mayor adquisición de competencias,
ya que se promueve la autonomía
formulando sus propios objetivos
de aprendizaje (Hinojo y Fernández,
2012). Por esto, la sociedad ha cam-
biado dejando de lado los conceptos
duraderos, es decir, sólidos,
hacia
una sociedad líquida
donde se tra-
baja con una comunicación digital
nodular y ubicua, transformando la
percepción del tiempo y el espacio
(Hergueta, 2013). El impacto tan es-
pectacular que ha sufrido dicha so-
ciedad se debe sin duda a su inme-
diatez y ubicuidad (Cacheiro, 2014;
Roblizo y Cózar, 2015).
El último gran salto que han pro-
porcionado las TIC es la imple-
mentación de la
educación online
.
Gracias a la multitud de platafor-
mas digitales, se ha podido llevar a
cabo una gran diversidad de cursos,
másteres, grados… entre otros, a
distancia. Esto ha sido gracias, ade-
más, a la
comunicación asíncrona,
permitiendo la bidireccionalidad que
ha llevado al alumnado y al profe-
sorado a jugar un papel totalmente
diferente al que se estaba acostum-
brado. En este apartado entran en
juego características fundamentales
como la motivación, la autonomía,
la creatividad, la interactividad, el
aprendizaje en feedback, el interés,
la comunicación, la cooperación y la
colaboración. Sin duda alguna, gra-
cias a las comunidades virtuales se
ha podido crear un ambiente ideal
para el diálogo, la participación e
interacción fomentando de esta ma-
nera el aprendizaje e-learning (Her-
nández, Pérez y Santos, 2011).
Aunque, las TIC han proporciona-
do un gran proceso evolutivo en
el sistema educativo, ofreciendo
múltiples modalidades educativas y
métodos de enseñanza gracias a las
muchas herramientas, aplicaciones
y comunidades virtuales de aprendi-
zaje (Area, 2009). Sin embargo, su
incorporación al ámbito educativo
ha presentado numerosas complica-
ciones. Uno de los principales impe-
dimentos para una correcta implan-
tación de las TIC en las escuelas es