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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO V - Nº 18 - JUNIO 2020
puedan tener. Esto puede llevar a los
jóvenes a tomar decisiones erróneas
con respecto a su carrera o trabajo,
o incluso a llevar a cabo conductas
perjudiciales para su salud, deján-
dose llevar por el momento y no
analizando bien los aspectos de una
situación. Es aquí cuando surge el
concepto de conductas de riesgo
durante la adolescencia.
Gil y Romo (2008) nombran como
las principales
conductas de riesgo
entre adolescentes el consumo de
drogas, las prácticas sexuales sin
protección, la inseguridad vial y la
violencia.
Técnica de la
reestructuración
cognitiva
Para trabajar aspectos tales como
la autoestima y el pensamiento crí-
tico, muy ligados a la toma de deci-
siones, una de las técnicas que se ha
mostrado más eficaz es la reestruc-
turación cognitiva.
Esta técnica parte de la base de que
es posible modificar las cognicio-
nes de las personas, lo cual puede
ser empleado para lograr cam-
bios terapéuticos
(Bados y García,
2010). Si conseguimos transformar
los pensamientos no adaptativos
de los adolescentes en otros más
realistas favoreceremos, pues, la
consecución de sus propósitos y las
emociones se adecuarán más a las
situaciones.
El modelo cognitivo se basa en la
premisa de que no son los aconteci-
mientos en sí mismos los responsa-
bles de las reacciones emocionales
y conductuales, sino las expectati-
vas e interpretaciones que hacemos
sobre ellos (Bados y García, 2010).
Para ello, es preciso enseñar a los
alumnos la importancia de desarro-
llar un pensamiento crítico o un ade-
cuado autoconcepto, para lo cual se
deben modificar ciertos errores del
pensamiento o creencias de los que
no son conscientes.
Algunos autores han estudiado sobre
la aplicación de dicha teoría, como es
el caso de Ellis (1971) que para poner
en práctica la teoría cognitiva ofrece
un modelo llamado ABC:
• A
: se refiere a un suceso de la vida
real (por ejemplo, suspender un
examen)
• B
: son los pensamientos más o
menos adaptativos que tenemos
sobre A (“soy incapaz de aprobar”,
“mi esfuerzo no sirve para nada”,
por ejemplo). Estos pensamientos
pueden ser o no conscientes.
•
C
: son las consecuencias emocio-
nales y conductuales de B (des-
motivación, dejar de estudiar, etc.)
Se deduce que, utilizando esta técnica,
pueden explicarse de manera sencilla
la relevancia que nuestros pensamien-
tos tienen sobre nuestra conducta y la
importancia que tiene corregir esos
pensamientos negativos para tomar
mejores decisiones y no dejarnos lle-
var por la impulsividad.
Estudios sobre el
proceso de toma de
decisiones
La mayoría de las aportaciones
sobre la temática de la toma de deci-
siones en la adolescencia se centran
en aspectos explicativos o correla-
cionales, no obstante, existen otros
trabajos que han llevado los estu-
dios a un ámbito más práctico.
En primer lugar, señalamos el tra-
bajo de Fernández et al. (2012),
que analiza la
eficacia del consejo
orientador
que actualmente se lleva
a cabo en los centros escolares en
relación con un programa estructu-
rado de Orientación Educativa, cen-
trado en la autorreflexión del alumno
y la búsqueda de su propia identi-
dad. En sus conclusiones no apare-
cen diferencias significativas entre
ambos programas para la mejora de
la madurez vocacional. Sin embar-
go, la satisfacción con el programa
estructurado es de un 92,5%, lo que
indica que el alumnado percibe po-
sitivamente su participación en este
Acontecimiento
(Equivocarse al
dar una opinión)
Pensamientos
automáticos
- Nunca aprenderé
- Le he defraudado
- Pensará que soy
imbécil
Supuestos y creencias
- Soy un inepto
- Si cometo un error, los
demás se darán cuenta
de mi incompetencia
Sesgos y errores cognitivos
Emociones
(Tristeza, ansiedad)
Conductas
(Evitar dar
nuevas opiniones)
Respuestas físicas
(Malestar estomacal)
Figura 1. Modelo de la terapia cognitiva (Bados y García, 2010)