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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 16 - DICIEMBRE 2019

descubrimiento, el interés y la moti-

vación, que serán los predecesores

del disfrute hacia esta actividad.

Asimismo, el acercamiento a la

lectoescritura favorece el comienzo

de un proceso de participación acti-

va en la propia cultura.

La enseñanza y el

aprendizaje de la

lectura y la escritura

Para abordar la lectoescritura

deben tenerse en cuenta varios fac-

tores, como el proceso de adquisi-

ción del lenguaje en el individuo y

la relación que existe entre los pro-

cesos del habla y el desarrollo de

la lectura y la escritura, respetando

cada uno de los ritmos propios de

aprendizaje y evitar, con ello, posi-

bles frustraciones.

Lo fundamental de la enseñan-

za de la lectoescritura es

que el

alumno comprenda el contenido

de cualquier texto escrito

al que

se enfrente

en el mismo nivel que

lo pueda comprender de manera

oral.

En este sentido, se fundamen-

ta la idea de trabajar los dos ámbi-

tos a la vez, tanto la comprensión

lectora como la comprensión de

la lengua oral, lo cual implica una

serie de procesos específicos tales

como el aprendizaje de vocabulario

o el uso de inferencias.

En las escuelas se suele observar,

gracias a las evaluaciones indivi-

dualizadas en base a los métodos

convencionales normalmente uti-

lizados con los alumnos, que és-

tos suelen mostrar dificultades de

comprensión lectora y de composi-

ción escrita (Martínez, 2011), sobre

todo en las etapas de la educación

básica.

No obstante, en alumnos de nive-

les superiores, como el universita-

rio, también se observan dificulta-

des semejantes para la composición

de textos académicos, por lo que

varias hipótesis intentan explicar el

origen de ésta problemática. Una de

ellas es señalar que el alumno está

“mal formado”, refiriéndose a que

en los ciclos anteriores no logró las

habilidades propias para la lectura

y la escritura y, por tanto, arrastra

esas carencias en niveles educati-

vos superiores.

Metodología

constructivista

Existen evidencias que demues-

tran que los niños de tres años

pueden llegar a entender fácilmente

una narración simbólica de estruc-

tura sencilla (Montealegre y Forero,

2016), mientras que niños de cinco

años comprenden narraciones mu-

cho más complejas.

Poco a poco, se va desarrollando

en los niños la capacidad de utilizar

simbolismos

mediante el gesto, el

garabato y el juego, a través de la re-

presentación simbólica de cosas en

las actividades lúdicas cotidianas,

siendo ahí donde se construyen las

bases cognitivas necesarias para la

asimilación del lenguaje escrito.

El niño no almacena conocimien-

tos, sino que los construye median-

te la interacción con los objetos

circundantes (Piaget, 1961), por lo

que suele ser más aconsejable una

metodología con rasgos construc-

tivistas.

La metodología de corte cons-

tructivista se basa en una serie de

supuestos, entre los que destacan

(Quintero, 2017):

• No existe el error en sí mismo,

sino que los fallos son considera-

dos como fases, pasos que apro-

ximan un poco más al modelo

correcto.

• El aprendizaje de la lectura y la

escritura se entiende como la ca-

pacidad de saber leer y escribir

textos para finalidades diferentes.

• La lectoescritura se basa en la in-

terpretación y la producción, no

en descifrar códigos.

Esta metodología suele comen-

zar por el

tratamiento del nombre

propio,

al igual que con el conoci-

miento del nombre de los compa-

ñeros de clase. También se suelen

trabajar las

palabras significativas

de cada unidad didáctica, otorgan-

do un matiz globalizado a todo el

proceso.

Propuesta didáctica

para la expresión

escrita

Según Cassany (1990) se pueden

distinguir cuatro

enfoques meto-

dológicos

básicos en la enseñan-

za de los procesos de la expresión

escrita: el apoyado en el estudio

analítico de la estructura general de

la lengua; el que plantea un trabajo

más holístico de la comunicación;

el que hace hincapié en el desa-

rrollo del proceso de composición

de textos escritos; y, por último, el

que se centra en el contenido de los