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o que hacemos tradicionalmente en la educación es se-

cuenciar una serie de contenidos a trabajar con los alum-

nos, establecer una serie de objetivos que queremos que

alcancen, y plantear unas actividades para que las capacidades

expresadas en los objetivos se adquieran realmente. Posterior-

mente, ese proceso de aprendizaje lo sometemos a evaluación,

para ver el grado de desarrollo alcanzado por cada alumno, al

igual que el proceso de enseñanza, que también sometemos a

evaluación.

No obstante cabe plantearse ¿este proceso es realmente el

correcto? ¿Los docentes realizan debidamente la programa-

ción de la enseñanza que van a impartir, teniendo en cuenta los

intereses de los alumnos? ¿Se concibe el proceso educativo

como una realidad holística en la que se permite la intrusión de

múltiples aspectos y factores bajo la máxima de enriquecer el

aprendizaje?

Llevar a cabo métodos y/o modelos alternativos o innovado-

res, como solemos decir, no significa que haya que romper de

forma drástica con todo lo que se haya hecho anteriormente,

sino reutilizar todo lo bueno y útil y reconfigurarlo en un pro-

ceso de reciclaje, mezclando en él nuevas consideraciones que

beneficien a la educación, dando así como resultado un nuevo

enclave formativo.

Se deben propiciar una serie de circunstancias lo más óp-

timas posibles para que el alumnado construya sus propios

esquemas y, gracias a la observación atenta del docente, deli-

mitar qué capacidades el estudiante está llevando a cabo por sí

mismo. Es decir, el proceso de enseñanza y aprendizaje habría

que realizarlo de otra forma. No se marca, previamente, un ob-

jetivo a conseguir, diseñando a partir de él propuestas para que

sea alcanzado, sino que se ponen a disposición de los alumnos

todos los recursos y estímulos necesarios para que consigan

objetivos no prefijados de antemano y, sobre todo, por ellos

mismos. Los alumnos, por sí mismos, establecerían la relación

pertinente con el mundo, los utensilios que les facilitamos y el

medio en el que están explorando, para crear nuevos patrones

de acción.

Esto no quiere decir, en absoluto, que no haya una intencio-

nalidad educativa previa, sino que el proceso educativo se ha de

invertir para que el discente pueda coger todo el protagonismo.

El Equipo de

Campus Educación

Revista Digital Docente

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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO II - Nº 6 - SEPTIEMBRE 2017

Editorial