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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO V - Nº 18 - JUNIO 2020
frecuentes entre los jóvenes de 15 a
24 años, mientras que en España es
la tercera causa de muerte, siendo su-
perado únicamente por los accidentes
de tráfico y los tumores (INE, 2018).
Estrategias de prevención
Actualmente, existen teorías con-
trapuestas sobre cómo abordar el
suicidio en la esfera pública, espe-
cialmente en lo relativo a los medios
de comunicación. El sociólogo Phi-
lips (1974) bautizó como el “
efecto
Werther
” a la conducta mimética que
se da tras la sobreexposición a la in-
formación concerniente al suicidio
de una persona famosa o personaje
público y que desencadena la imita-
ción del mismo.
Por otro lado, Niederkrotenthaler
(2012) habla del “
efecto Papageno
”,
basándose en la idea del impacto que
puede provocar el estudio de casos
reales de suicidio para evitar que
otros sigan el mismo camino, tenien-
do así un efecto protector.
En esta línea giran las indicaciones
establecidas por la OMS (2000) al
afirmar que informar del suicidio de
manera apropiada, exacta y potencial-
mente útil a través de medios de co-
municación puede prevenir una trágica
pérdida de vidas, y recoge una serie de
indicaciones para que la transmisión
de información en medios de comu-
nicación juegue un papel preventivo,
como presentar los datos solo en las
páginas interiores, en el caso de los
periódicos, proporcionar información
sobre líneas de ayuda y recursos co-
munitarios y publicitar indicadores de
riesgo y señales de advertencia.
En cuanto al ámbito de la saludmental,
la mayoría de las asociaciones apues-
tan por romper tabúes y hablar del sui-
cidio de forma explícita como una for-
ma directa de prevenirlo. Es el caso de
la International Association for Suicide
Prevention (IASP), que lanzó en 2015
una campaña bajo el lema “Prevenir
el Suicidio: Tender la mano y salvar
vidas” (2015). En España, se dedicó
el Día Mundial de la Salud Mental de
2019 a la prevención del suicidio, con
una campaña lanzada por la Fundación
Salud Mental España bajo el lema “co-
nect@ con la vida”.
Por su parte, el Colegio Oficial de Psicó-
logos de España también apuesta por
mantener esta línea de intervención.
El estigma en torno al suicidio entorpe-
ce la prevención al disuadir de buscar
ayuda a muchas personas que piensan
en quitarse la vida o han tratado de ha-
cerlo. Por ello, es importante aumentar la
sensibilidad de la comunidad y superar
el tabú para que los países avancen en la
prevención del suicidio (COP, 2018).
Todo parece indicar que la prevención
más eficaz contra las actitudes suci-
dias es el abordaje directo del proble-
ma, superando el tabú y manejando
herramientas diversas para poder ha-
blar y reflexionar sobre ello.
La prevención del suicidio
desde la institución educativa
El papel de la escuela es fundamen-
tal para evitar el riesgo de suicidio.
Igualmente, la función socializadora
de la misma resulta muy beneficiosa
para el desarrollo de labores de pre-
vención, pudiendo enfocar el proble-
ma desde un pusto de vista social,
además de puramente educativo.
El grupo juega un papel fundamental,
tanto por su protagonismo en el pro-
ceso de enseñanza-aprendizaje como
por el papel que el
grupo de iguales
juega en el periodo adolescente.
Para el adolescente, la integración en
el grupo de iguales es fundamental
puesto que le aporta un sentimiento
de pertenencia y una validación de su
identidad (Musitu y Cava, 2003).
El grupo de iguales constituye un
pilar fundamental en el adolescente,
convirtiéndose en el
contexto de so-
cialización
más influyente que des-
plaza a la familia como principal foco
de apoyo (Oliva, Parra y Sánchez,
2002). No obstante, existe cierta
controversia en cuanto al papel del
grupo como factor de riesgo para
conductas suicidas o como factor de
protección.
Encontramos que el grupo puede ser
desencadenante de conductas suici-
das cuando en su seno se produce
acoso o
bullying
, dando lugar al “bu-
lly-cidio” (Picazo-Zappino, 2014).
Olweus, precursor del concepto, de-
finió el Bullying como un fenómeno
de agresión intencional de uno o
unos sobre otro u otros de forma re-
iterada y mantenida en el tiempo, en
la que existe desequilibrio de poder
entre quien agrede y quien es agre-
dido (1993).
Vemos que el papel del grupo ha ido
cobrando mayor importancia a me-
dida que se estudia el fenómeno del
bullying, incluyéndose ahora dicho
papel en gran parte de los planes de
prevención del acoso. Además, se ha
observado que, cuando el grupo in-
terviene para detener el acoso, este
se detiene (Díaz-Aguado, Martínez y
Martín, 2013).
El papel que el grupo puede jugar en
una situación de acoso es ambivalen-
te: como incitador, como observador