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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 16 - DICIEMBRE 2019

cabe señalar la asunción de que

el

deseo por comunicarse con un

determinado individuo o grupo de

individuos surge principalmente

de tres tipos de vínculos: los pro-

pósitos de afiliación, los propósi-

tos de control o la combinación

de ambos.

Según MacIntyre et al.

(2001), los propósitos de afiliación

aparecen cuando existen personas

que resultan atractivas de alguna

manera o son encontradas frecuen-

temente, mientras que los propó-

sitos de control surgen cuando un

alumno pretende ejercer una deter-

minada influencia en las opiniones

o comportamientos de sus iguales.

Hoy en día, la DAC-LE está con-

siderada como un recurso para al-

canzar metas de tipo interpersonal

e intercultural (Bergil, 2016) y, al

mismo tiempo, se trata de una rele-

vante área de investigación dentro

de la adquisición de segundas len-

guas (Mehrgan, 2013). No obstan-

te, MacIntyre (1994) intentó aclarar

que el término DAC-LE como tal

surgió en el campo de investiga-

ción de la adquisición de primeras

lenguas, pero que sus implicacio-

nes trascienden a los contextos re-

lativos al aprendizaje de segundas

lenguas y lenguas extranjeras.

Lamotivación como

factor determinante

Por otra parte, el concepto de

motivación

es otro factor a tener en

cuenta. Posiblemente, el dato más

llamativo aportado por las investi-

gaciones dedicadas a la DAC-LE y

centradas en estudiantes jóvenes es

que, cuando surge la oportunidad,

ciertos alumnos escogen participar

en el intercambio comunicativo,

mientras que otros prefieren per-

manecer callados debido a diversas

variables entre las que destacan las

sociales, contextuales y/o persona-

les (Bernales, 2016).

Curiosamente, en numerosos

estudios, aquellos estudiantes que

prefirieron permanecer en silencio

habían estado estudiando la lengua

extranjera durante un elevado nú-

mero de años. De ahí que muchos

alumnos nunca se convierten en

hablantes de la lengua que estu-

dian, a pesar de los años y esfuerzo

invertidos en su estudio (MacIn-

tyre, 2007).

De hecho, en relación a esta úl-

tima línea de pensamiento, se ha

podido comprobar que existen

estudiantes con una elevada com-

petencia lingüística en su lengua

extranjera que se muestran reacios

a hablar desde edades muy tem-

pranas y, por el contrario, también

es posible encontrar alumnos con

una competencia más limitada que

interactúan constantemente. Por lo

tanto, aunque un determinado estu-

diante muestre una gran habilidad

lingüística en la lengua extranjera de

manera general, puede también, al

mismo tiempo, mostrarse renuente

a la hora de hacer uso de la lengua

extranjera de manera oral (Bergil).

Por ello,

el hecho de que un alum-

no demuestre una elevada compe-

tencia lingüística en términos ge-

nerales no es suficiente.

Dicho de

una manera más simple y directa, el

grado de maestría demostrado por

un alumno en su lengua extranjera

resulta completamente irrelevan-

te, puesto que, si dicho alumno

no muestra una buena disposición

para comunicarse, sus intentos a

la hora de establecer comunicación

siempre serán inferiores a los de-

seables (Mehrgan, 2013).

Los resultados provistos por este

último estudio probaron claramen-

te que la manera de proceder por

parte del docente, en dichas situa-

ciones, no ha sido la correcta hasta

ahora. Tradicionalmente, el prin-

cipal objetivo del docente siempre

ha sido el desarrollo de la compe-

tencia lingüística de sus alumnos

en la lengua extranjera, de manera

general, sin tener nunca en cuenta

las diferentes necesidades que cada

alumno pueda presentar.

La ansiedad como

elemento a tener en

cuenta

Asimismo, siempre que se abor-

da el complejo tema de la expresión

oral haciendo uso de una lengua

extranjera por parte de alumnos jó-

venes, es necesario no olvidarse del

papel crucial de la

ansiedad

, debido

a la enorme influencia que este fac-

tor puede ejercer en el discurso oral

de un determinado alumno.

El término

foreign language

anxiety

se define como la

tensión

y aprensión que los alumnos

aprendiendo una lengua extran-

jera experimentan en ciertas si-

tuaciones, frecuentemente en las

propias clases

(Pihko, 2007).

Sin embargo, pueden establecer-

se diferentes grados de ansiedad.

Los estudiantes pueden sentir di-

cha aprensión todo el tiempo en