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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 15 - SEPTIEMBRE 2019

• El colegio es muy diferente.

• Existen problemas de relaciones

humanas.

• Los estilos pedagógicos son

distintos.

Programas de

transición

Son muchos los autores (Graham

y Hill, 2003; Mizelle e Irvin, 2000;

Schumacher, 1998) que manifies-

tan que el desarrollo de

un pro-

grama de transición

entre Prima-

ria y Secundaria

ayudará a que el

alumnado padezca menos estrés

,

logrando configurar una transición

de etapa más exitosa.

Es necesario, entonces, incor-

porar y/o fortalecer los programas

de transición hacia la Secundaria,

por lo que desde este trabajo reco-

gemos algunos proyectos que han

ayudado a realizar una transición

mucho más sencilla.

Según la Ley Orgánica 8/2013, de

9 de diciembre, para la mejora de

la calidad educativa (LOMCE), cada

centro educativo debe elaborar tan-

to un Proyecto Educativo de Centro

como una Programación General

Anual (PGA), incluyendo en dichos

documentos todos los aspectos re-

lacionados con la organización del

centro. Entre dichos aspectos, de-

berían encontrarse las medidas de

coordinación entre etapas.

Por ende, la elaboración de pro-

yectos, planes o actividades des-

tinadas a favorecer la transición

entre la Educación Primaria y la

Educación Secundaria se debería

convertir en una obligación que tra-

te de alcanzar una serie de objeti-

vos que podemos agrupar en varias

categorías:

• Favorecer la continuidad

del proceso educativo en

el alumno

A pesar de ser un cambio radical

en multitud de aspectos, como he-

mos ido señalando, hemos de tener

en cuenta que el alumno sigue es-

tando dentro de una de las etapas

formales de la educación pública

española cuyo fin último es formar

ciudadanos de una manera integral.

Por lo tanto, las bases del proceso

de enseñanza-aprendizaje ya están

formadas: aunque los alumnos no

conozcan las normas básicas del

nuevo centro, en su fuero interno

saben que en el aula van a recibir

conocimientos, que los profesores

son figuras educativas a las que

hay que respetar y que el esfuerzo

y la motivación que generen hacia

las diferentes materias tendrán una

compensación futura.

• Propiciar la colaboración

con las familias

El papel de las familias parece

que ha ido cambiando debido a

diversos motivos, como la carga

laboral de los padres (Hernández

y López, 2006), aunque se sigue

creyendo que, a pesar de pasar me-

nos tiempo en familia, los padres

siguen siendo un agente educativo

esencial (Pérez-Díaz, Rodríguez y

Sánchez, 2001).

Las familias se enfrentan a un

problema de difícil solución: la po-

sición social que ocupan, puesto

que ya no serán referentes únicos,

sino que comenzarán a ser consi-

derados por los alumnos como per-

sonas diferentes, mayores, anticua-

dos, etc. Es preciso que las familias

aprendan a ser guía, o lazarillo, de

estos adolescentes que estarán

perdidos en un momento de tantos

cambios (Oliva, 2003). Este apren-

dizaje por parte de las familias

puede ser la clave para realizar un

correcto cambio en esta transición.

• Coordinar la actuación

de los centros educativos

y los agentes que

intervienen

Desde hace algunos años se ha

intentado realizar una propuesta

de acompañamiento al alumno en

el tránsito entre el sexto curso de

primaria y el primero de secunda-

ria, buscando siempre elementos

comunes que el alumno pueda

utilizar. Las ventajas de dirigir, o

acompañar, en este tránsito son

diversas: se podrá obtener una

buena relación entre los distintos

centros, que ayudará a los alumnos

a comenzar la secundaria con unas

buenas medidas individualizas, ya

que se conocerá cada caso, facili-

tando así la integración a los nue-