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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO IV - Nº 13 - MARZO 2019
E
l concepto de atención a la diversidad integra un con-
junto de acciones educativas que intentan dar respuesta
a las necesidades, temporales o permanentes, de todo
el alumnado. La atención a la diversidad tiene que desarro-
llarse considerando todas las dimensiones del sujeto y los
contextos en los que éste desarrolla su personalidad. Así
pues, supone no solamente atender al alumno que presenta
una determinada dificultad específica, sino atender a todo lo
que el alumno representa: una persona con una determinada
experiencia, unas determinadas circunstancias económicas,
sociales y familiares, un círculo social y afectivo muy con-
creto y unos pensamientos y una forma de ser únicos.
Para atender a la diversidad, de igual forma que prestamos
atención al contexto educativo, es básico prestar atención, ade-
más, a la manera en la que la enseñanza ha sido concebida. La
concepción de la enseñanza ha pasado de un tratamiento pu-
ramente conductista basado en la asociación de estímulo-res-
puesta a través de un sistema de recompensas, a una concep-
ción constructivista del proceso de enseñanza-aprendizaje que,
a través del aprendizaje significativo, utiliza los conocimientos
previos del aprendiz para formar otros nuevos, encorsetándo-
los y creando un nuevo cuerpo interrelacionado de saberes y
experiencias. De forma parecida, la educación se ha valido pos-
teriormente del aprendizaje por descubrimiento para potenciar
las capacidades innatas de los alumnos para que ejerzan ellos
mismos de directores en su autoaprendizaje.
Todos estos cambios tan significativos no nos están indican-
do más que la educación, bebiendo de las teorías psicológicas
y pedagógicas preponderantes en cada época y reciclándose
poco a poco a sí misma, ha ido avanzando por un camino cla-
ramente definido, independientemente de que los métodos de
puesta en práctica de tales avances sean más o menos correc-
tos o cuestionables.
El Equipo de
Campus Educación
Revista Digital Docente
Editorial