12
ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO III - Nº 11 - SEPTIEMBRE 2018
de las ciencias de la educación im-
pulsen medidas eficaces para ges-
tionar la convivencia.
Actualmente, desde la Unión Eu-
ropea se pretende alcanzar el ob-
jetivo marcado desde la Estrategia
Europa 2020
6
, junto con el
Marco
estratégico de Educación y For-
mación
para configurar una nueva
política educativa europea y poder
llegar a alcanzar una Europa inteli-
gente, sostenible e inclusiva.
Convivencia escolar
La convivencia también impli-
ca, como señalan Sánchez y Orte-
ga-Rivera (2004), un orden moral
que está implícito, o debería estar-
lo, en todos los acontecimientos
normativos y convencionales de la
vida escolar. En este sentido, Calvo,
García y Marrero (2005) inciden en
la importancia de la coordinación
del profesorado del centro a la hora
de desarrollar la labor preventiva en
las situaciones de conflicto.
Más allá de lo normativo y pe-
dagógico, la convivencia, desde el
punto de vista psicológico, implica
la formación para comprender el
punto de vista del otro, reconocer
que debe ser estimado y respetado,
solicitar el respeto hacia uno mis-
mo y lograr un nivel suficiente de
autoestima, actuando con solidari-
dad, tolerancia y comprensión ha-
cia los eventos cotidianos de íntima
naturaleza humana.
Educación para la
convivencia y la paz
La paz, o la convivencia pacífi-
ca, afecta a todos los ámbitos de
la vida, desarrollando o, más bien,
ayudando a impulsar los valores
fundamentales para nuestro alum-
nado; contribuyendo a crear una
buena y pacífica convivencia es-
tamos incrementando, a su vez, el
fomento de una educación verda-
deramente real e integral.
Dentro de esta educación integral
que ayude al fomento de la convi-
vencia en las escuelas podemos
detenernos, teóricamente, en dos
conceptos importantes:
• Paz positiva: Gozar de “paz” es
algo que entendemos, a simple
vista, como la ausencia de con-
flictos, como un momento de
tranquilidad, sosiego e incluso
mejora. Pero no es un periodo
estático, ni puntual, sino que en el
escenario escolar se debe hablar
de paz en un sentido más amplio,
tratándola como un proceso di-
námico y permanente, que haga
referencia a una estructura social
de amplia justicia y reducida vio-
lencia, lo cual exige la igualdad y
reciprocidad en las relaciones e
interacciones que se manifiesten
dentro del núcleo educativo.
• Conflicto positivo: Casi automá-
ticamente, solemos asociar el
“conflicto” como algo inevitable-
mente negativo, asociado a las si-
tuaciones de violencia y a los mo-
mentos que perturban el periodo
de paz. Sin embargo, en el legado
de la no violencia y de la inves-
tigación para la paz se produce
un tránsito en su concepción. El
conflicto se asume como un pro-
ceso natural y circunstancial a la
existencia humana, surgiendo así
la conocida perspectiva positiva
del conflicto
7
(Cascón, 2001).
• Según Jares (1999), los cuatro
retos fundamentales de la edu-
cación para la paz son abordar el
conflicto, la violencia y la convi-
vencia, tanto en los centros es-
colares como en el conjunto del
sistema social, lo que se denomi-
na educación para el conflicto y la
convivencia.
• La exclusión social y neolibera-
lismo, que conducen a lo que se
denomina educación para el de-
sarrollo y la justicia.
• La inmigración y diversidad, que
nos transporta a la educación
para la diversidad y la multicultu-
ralidad.
• La ciudadanía democrática y de-
rechos humanos, que nos lleva a
la educación para la democracia y
los derechos humanos.
6
La Comisión Europea, en la Estrategia Europea 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, señala que los Estados miembros necesita-
rán “mejorar los resultados educativos, abordando cada segmento (preescolar, primario, secundario, formación profesional y universitario) mediante un
planteamiento integrado que recoja las competencias clave y tenga como fin reducir el abandono escolar y garantizar las competencias requeridas para
proseguir la formación y el acceso al mercado laboral”.
7
Aprender a enfrentar y resolver conflictos de forma positiva, al igual que enseñar a hacerlo, es todo un reto educativo, que debe ser incluido en el desa-
rrollo de los contenidos pertenecientes a la educación para la paz.