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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016
AÑO V - Nº 19 - SEPTIEMBRE 2020
Pero el contexto hacia el que nos
acercamos y con la inclusión del
Aprendizaje Cooperativo como
premisa, nuestro marco mixto de
aprendizaje debe ir un paso más allá,
ofreciéndonos la oportunidad de ge-
nerar flujos de trabajo colaborativo
independientemente de dónde se
encuentren los alumnos (en el aula
o en casa) y teniendo en cuenta que
es probable que no puedan compar-
tir material de grupo.
La clave en este sentido está en ele-
gir un marco de trabajo que permita:
• Comunicación vertical (alum-
no-profesor).
• Comunicación horizontal (alum-
no-alumno).
• Generar flujos de trabajo (repartir,
supervisar y entregar tareas).
• Almacenaje, acceso y descarga de
los materiales.
• Foros de consulta y resolución de
dudas.
• Incorporación de apps externas.
Una vez encontrado el entorno de
trabajo digital (hay muchas opcio-
nes actualmente), podríamos caer
en el error de reproducir el modelo
meramente instruccional de ense-
ñanza si pasamos de largo el mode-
lo SAMR. Por ello, debemos aprove-
char la oportunidad para rediseñar
nuestras experiencias de aprendiza-
je considerando el cambio de rol: el
alumno como centro del proceso de
aprendizaje, protagonista activo que
construye el conocimiento; el do-
cente como facilitador de experien-
cias de aprendizaje, que estimula la
reflexión en el aula presencial y onli-
ne, y que personaliza el aprendizaje
en función de las necesidades de
sus alumnos.
Tríada cooperativa
Una vez contemplada la redefini-
ción del proceso de aprendizaje uti-
lizando un modelo mixto o Blended
Learning, extrapolar este mismo
proceso al Aprendizaje Cooperati-
vo no es, en realidad, tan difícil. Se
trata, simplemente, de comprender
los fundamentos de la colaboración
y buscar estrategias y herramientas
que nos permitan mantenerlos en la
nueva realidad hacia la que nos di-
rigimos.
El aprendizaje cooperativo requiere
de un diseño que estructure el tra-
bajo de forma que se garantice la
cooperación y que se pueda evaluar
la participación grupal y de cada uno
de los participantes.Entendido esto,
no es descabellado pensar que, sea
cual sea la situación que nos encon-
tremos en septiembre, podemos re-
definir las estructuras cooperativas
para que tengan cabida dentro de un
contexto de distanciamiento social,
ya sea éste dentro o fuera del aula.
Antes de entrar en la adaptación de
las estructuras cooperativas, convie-
ne articular las acciones concretas
que se vayan a desarrollar en base
a la tríada cooperativa (Zariquiey,
2016), para potenciar la eficacia del
Aprendizaje Cooperativo.
Toda experiencia de aprendizaje
cooperativa debe cumplir una terna
de requisitos que nos aseguran que
lo que se está desarrollando es real-
mente efectivo:
• Interdependencia positiva
Asegurarnos que los alumnos se
necesitan unos a otros para reali-
zar el trabajo. Esta interdependen-
cia se puede conseguir a través de
varios niveles: metas comunes,
tareas complementarias, recursos
divididos, roles complementarios,
recompensas grupales…
• Participación equitativa
Es imprescindible para la impli-
cación y motivación de todos los
integrantes del grupo conseguir
que todos tengan la oportunidad
de participar en el trabajo. Pode-
mos conseguirlo estableciendo ro-
les, turnos de participación, tareas
complementarias o momentos de
aprendizaje individuales y grupales.
• Responsabilidad individual
No debemos olvidar que el objeti-
vo del aprendizaje cooperativo es
el desarrollo individual, por lo que
debemos establecer estrategias
para comprobar la aportación de
cada uno de los alumnos de forma
que podamos monitorizar el des-
empeño individual con un doble
objetivo: posibilitar la evaluación
individual en una acción grupal y
que el alumno sea consciente que
sus producciones serán evaluadas.
Y, articulada la tríada cooperativa
en la que nos aseguramos de que
todos pueden participar, que se ne-
cesitan para hacer el trabajo y que
podemos comprobar lo que ha he-
cho cada uno, debemos tener claro
que la finalidad del aprendizaje coo-
perativo no es tanto que aprendan a
juntos como que trabajando juntos
aprendan a trabajar solos.
Existen, básicamente, 4 patrones de
cooperación: