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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO V - Nº 19 - SEPTIEMBRE 2020

de la mano y el brazo. Se habla de

un trastorno funcional, por lo que su

causa no está asociada a una lesión

cerebral o a una deficiencia intelec-

tual. ¿El resultado? Escrituras des-

proporcionadas (letras con tamaño

demasiado grande o demasiado pe-

queño) y trazos malformados.

Ajuriaguerra (2004) establece unas

características comunes que pue-

den ayudar al docente a detectar a

alumnos con disgrafía:

• Niños intelectualmente normales

que escriben muy despacio y de

forma poco legible y desordenada.

• Niños con una notable rigidez mo-

tora, o por el contrario, con exce-

siva laxitud.

• Niños con trazos des uniformes.

• Niños con dificultades para orga-

nizar las letras dentro de una pa-

labra o frase.

• Niños con una falta de control en

la presión del lápiz o bolígrafo.

• Niños con posturas incorrectas

(tronco muy cercano a la mesa o

con una inclinación en exceso).

Ante tales señas de identidad y una

vez que se hayan superado los sie-

te años de edad, el equipo docente

(maestro-tutor y resto de especialis-

tas) debe actuar y elaborar una tarea

conjunta con el objetivo primordial

de garantizar el éxito en el futuro

escolar del niño con este trastorno.

Para ello, será necesario determinar

el tipo de disgrafía y así actuar en

consecuencia.

Tipos de disgrafía

Establecer una categorización exacta

de disgrafía es una tarea muy com-

pleja ya que se hablan de distintas

clasificaciones.

Hernández

(2010),

por ejemplo, solo distingue dos ti-

pos de disgrafía:

• Disgrafía adquirida: encontradas

en personas que en su día apren-

dieron a escribir perfectamente

pero que por traumatismos o ac-

cidentes cerebrales han perdido

parte de esta habilidad.

• Disgrafía evolutivas: dificultades

en el aprendizaje de la escritura

sin razón aparente que justifique

dicha anomalía.

Alcántara

(2011), por su parte,

menciona cuatro tipos de disgrafía:

• Disgrafía fonológica: incapacidad

para recuperar correctamente las

formas de las palabras debido a

retrasos en el desarrollo fonológi-

co y a fallos en el uso de las reglas

de conversión fonema-grafema.

En estos casos, es habitual escri-

bir la “ñ” por la “ll”; la “p” por la

“t”, leer uniones como “

melavo

elpelo

” o la escritura en espejo.

• Disgrafía superficial: problemas

de recuperación en la memoria ya

que no tienen grabada la forma de

las palabras, sobretodo de pala-

bras homófonas (ya que suenan

igual pero se escriben de distinta

forma) o poligráficas (que siguen

una ortografía arbitraria). Es usual

confundir la “b” por la “v” o fallar

en la escritura de palabras desco-

nocidas.

• Disgrafía mixta: alteraciones que

afectan tanto al procesamiento fo-

nológico como al procesamiento

visual. Entre los errores más fre-

cuentes destacan las pseudopala-

bras, las inversiones o la escritura

lenta.

• Disgrafía motriz: dificultades en la

escritura como consecuencia de

una motricidad deficiente, ligada

en muchas ocasiones a una in-

madurez en el desarrollo de la psi-

comotricidad fina. Las conductas

más habituales son la lentitud, los

movimientos gráficos disociados,

manejo incorrecto del lápiz y una

postura errónea al escribir.

Consecuencias de la

disgrafía

Al igual que ocurre con el aprendi-

zaje de la lectura, la escritura es una

competencia básica que todo alum-

no debe dominar ya que supone el

punto de partida para continuar con

los contenidos del currículo. Por

ello, un niño con disgrafía sufre un

descenso considerable en su ritmo

de aprendizaje y, consecuentemen-

te, en su nivel académico. Además,

influye en cualquier proceso de co-

municación que se establezca en el

aula y con una buena parte de ejerci-

cios académicos al no poder expre-

sarse correctamente a nivel escrito.

A ello cabe sumarle que los estu-

diantes con este problema se ven

inmersos en un que es un sobrees-

fuerzo constante por intentar seguir

el ritmo del resto de la clase lo que,

en muchas ocasiones, conduce a

una pérdida del interés, la motiva-

ción e incluso la autoestima. Can-

sancio, frustración, fatiga, desinte-

rés y rechazo es lo que suelen sentir

la mayoría de alumnos con disgrafía

cuando comprueban que son inca-

paces de conseguir los objetivos

marcados por el maestro.

Pautas a seguir en el

aula

El DSM-V ha confirmado que exis-

ten unas recomendaciones genera-

les que deben llevarse a cabo tanto

en el aula como en el hogar para su-

perar las dificultades encontradas y