RDD-N37-Marzo-2025

36 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 37 - MARZO 2025 Una lectura recomendable sería el cuento “Siete ratones ciegos” de Ed Young. Este libro aborda situaciones donde los ratones tienen que comunicarse entre ellos y entender el punto de vista de los demás aceptando diferentes perspectivas. Después, se iniciará una discusión con los alumnos sobre los personajes y las situaciones de la historia. Se les hará preguntas para ver cómo se sintieron los personajes en diferentes situaciones y qué opciones podrían haber tomado para resolver los conflictos de manera pacífica. Destacaremos la importancia de escuchar activamente a los demás, hablar con respeto y buscar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. Después, se realizarán ejercicios prácticos de role-playing, donde los niños actuarán en diferentes situaciones conflictivas y practicarán la resolución pacífica de los mismos. También es interesante dedicar tiempo a explicar a los niños que las palabras tienen poder y pueden afectar a las personas de diferentes maneras. Mostraremos las tarjetas de palabras y las dividiremos en dos grupos: palabras positivas y palabras negativas. Cada niño cogerá una tarjeta y tendrá que representar cómo se sentiría si alguien le dijera esa palabra. Después de esa representación, animaremos al niño a expresar sus emociones y reflexionar sobre cómo se ha sentido. Después, todos irán metiendo de nuevo todas las palabras en las bolsas según sean positivas o negativas. Facilitaremos una discusión sobre cómo podemos utilizar las palabras de manera positiva y cómo podemos evitar utilizar palabras hirientes. Otras actividades pudieran ser: • Iniciar conversaciones sobre qué significa ser amigo y cómo se sienten cuando tienen buenos amigos. Luego, los niños crearán en el aula “La isla de la amistad” a través de materiales de arte, donde plasmarán su creatividad. Para ello, elaborarán carteles por parejas con mensajes positivos sobre la amistad y el respeto hacia los demás para pegarlos en “La isla de la amistad”. • Explicará a los niños cómo las emociones pueden subir o bajar como un termómetro en su cuerpo. Tendremos en el aula un termómetro de las emociones creado por el docente con cartulina y pegado en la pared. Este tendrá diferentes niveles de intensidad emocional y lo utilizaremos para explicar esto. • Enseñar técnicas de relajación y respiración (respiración abdominal, respiración del dragón, etc.) para ayudarles a calmarse cuando sientan emociones intensas. A través de esta actividad fortaleceremos la capacidad de los niños para identificar y manejar sus emociones. • Hablar sobre el significado de la amistad y la solidaridad a través de preguntas como ¿Qué puedes hacer para ayudar a un amigo cuando se siente triste? Después, haremos un juego de roles donde dividiremos la clase en grupos de 4 alumnos y les entregaremos a cada grupo un escenario concreto donde uno de los niños está pasando por una situación difícil. Los otros miembros del grupo tendrán que explicar cómo podrían apoyar y ayudar a su amigo en esa situación. Después, cada niño en un folio dibujará un árbol grande lleno de hojas y en cada una de las hojas escribirá algo positivo sobre un compañero de clase. • Por último, para finalizar esta intervención, se puede establecer un compromiso de amistad, donde invitar a los niños a hacer un compromiso personal para ser amigos solidarios y tratar a los demás con respeto y amabilidad. Se realizará en voz alta donde cada uno irá diciendo frases como “Me comprometo a ser un amigo solidario y tratar a todos con amabilidad”. Trabajar y fomentar la educación emocional desde los primeros años de vida permitirá tener conciencia de las emociones que se sienten y del por qué se sienten, conseguir habilidades de afrontamiento y, sobre todo, alternativas a la agresión, es decir, adquirir competencias sociales (Muñoz, 2017), lo cual influirá muy positivamente en la prevención de la violencia escolar. A lo largo de estas líneas se ha evidenciado que el acoso escolar es un problema de gran magnitud que afecta a un número considerable de niños en edad escolar. Los efectos negativos del acoso en las víctimas son duraderos y pueden tener un impacto significativo en su bienestar emocional, rendimiento académico y desarrollo social. Es fundamental abordar este problema de manera integral y desde edades tempranas (Alonso et al., 2019). Por otro lado, la Educación Emocional ha demostrado ser una herramienta efectiva para promover el bienestar emocional de los estudiantes y prevenir el acoso escolar. A través de ella, los niños adquieren habilidades para identificar y gestionar sus propias emociones, así como para empatizar con los demás. Esto les permite desarrollar relaciones saludables, fomentar el respeto y la tolerancia, y promover un clima escolar positivo. La implementación de este tipo de programas basados en Educación Emocional en la etapa de Educación Primaria ha mostrado resultados positivos en la prevención del acoso escolar. Estos programas suelen incluir actividades y recursos que promueven la inteligencia emocional, la empatía, la comunicación asertiva y la resolución pacífica de conflictos. Igualmente, se ha evidenciado que la participación activa de los docentes y la implicación de las familias son factores clave para el éxito de estos programas (Rueda et al., 2016). En resumen, la Educación Emocional se presenta como una estrategia efectiva para prevenir y reducir el acoso escolar en Educación Primaria. La promoción del bienestar emocional, el desarrollo de habilidades socioemocionales y la creación de un entorno escolar seguro y positivo son pilares fundamentales en la lucha contra el acoso escolar. La implementación de programas de Educación Emocional, la formación de docentes y la participación de las familias son aspectos clave para lograr una escolarización libre de acoso y donde los niños y niñas puedan desarrollarse plenamente (De La Villa y Ovejero, 2014).

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