RDD-N37-Marzo-2025

32 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 37 - MARZO 2025 en las primeras civilizaciones que muestran que los castigos corporales eran bastante generalizados y aceptados para inculcar disciplina. Siguiendo a este autor, la violencia actualmente continúa siendo un fenómeno generalizado, aunque ahora quizás tenga más importancia, ya que se ha desbordado. Por otro lado, para poder entender lo que está pasando con la violencia en los centros escolares, lo cual no significa que se esté justificando, habría que remontarse a tiempos pasados en los cuales ya estaba presente esta agresividad. Siguiendo a Rodney y García (2014), ya desde comienzos del siglo XIX la escuela tenía la responsabilidad de llevar a cabo la educación pública, la cual se caracterizaba por tener un orden muy estricto y por la imagen de un profesor autoritario y trasmisor de conocimientos, con un papel protagonista dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y capaz de exigir obediencia y disciplina, mientras que el papel de los pupilos era totalmente pasivo, donde lo importante era reproducir lo enseñado en clase por el profesor de manera memorística. Si esto no ocurría, la utilización de una regla, las copias, las bofetadas, coscorrones y castigos más humillantes estaban a la orden del día, lo cual formó parte del paisaje sentimental más vívido de la infancia de muchas personas. Por otro lado, siguiendo a Alonso (2009), un condicionante de la escuela tradicional que contribuye a la violencia escolar es la falta de respuesta por parte de los docentes ante la violencia entre iguales. Esto se debe, en gran medida, al papel tradicional que comentábamos con anterioridad que el profesor ha tenido a lo largo de la historia, orientado exclusivamente a transmitir los conocimientos de su materia. Con el paso del tiempo, la situación ha ido cambiando, llegando a minusvalorar el rol del maestro o profesor por parte de la sociedad. Tal y como explica Vera (1988), la formación que se les ofrece a los docentes no incluye la suficiente preparación pedagógica y psicológica para tener diferentes estrategias a la hora de afrontar y solucionar problemas de manera eficaz. Prevalencia de la violencia y acoso escolar Los datos del informe Cisneros (Oñate y Piñuel, 2006) ya presentaron en su día la realidad de la violencia y el acoso escolar en España a través de la participación de veinticinco mil niños españoles entre 8 y 18 años pertenecientes a 1.150 aulas completas, quienes contestaron al finalizar el curso 2006 al mayor estudio realizado en Europa sobre violencia y acoso escolar. Las conclusiones más importantes del estudio son: por cada 100 escolares españoles entre 17 y 18 años, 44 confiesan haber sido víctimas de comportamientos de acoso escolar al menos alguna vez; 23 lo sufren de manera frecuente; 12 presentan daños psicológicos graves (estrés postraumático); 9 reciben acoso escolar de manera muy frecuente; 7 están en una situación muy grave dentro de las ocho escalas clínicas; 36 se consideran hostigadores esporádicos; y 3 se consideran hostigadores muy frecuentes de sus compañeros (Oñate y Piñuel, 2006). Además, este estudio confirmó que es la violencia psicológica la más habitual y, además, la peor para las víctimas. Estos datos son corroborados, por ejemplo, con el estudio realizado por Marcos et al. (2022), donde se pone de manifiesto también como el tipo de acoso escolar más frecuente el relacional (33%) y el psicológico (30.8%), seguido del acoso físico (25.6%) y la exclusión (25.30%). Igualmente, Urra (2017) muestra que la edad en la cual ocurre con más frecuencia este acoso es entre los 10 y los 13 años, coincidiendo con la preadolescencia. Por último, según el Informe PISA del año 2015, se detectó un 3% de alumnos españoles confirmando que eran víctimas de maltrato físico por parte de sus compañeros y el 8% víctimas de burlas. La fundación ANAR determina que la edad media para el acoso escolar es de 10,9 años y la edad de comienzo a sufrir dicho acoso es de 9,8 años en España (Soriano, 2020). Tipología en el acoso escolar El acoso escolar se puede presentar de diversas maneras. Aquí se van a analizar, siguiendo a Cano (2018), las más frecuentes: - - Acoso escolar físico: es aquel que se realiza a través de acciones de fuerza corporal para intimidar a través del dolor a la otra persona (golpes, empujones…) o de sus propiedades o entorno (robos, destrozo de su material…). - - Acoso escolar verbal: ocurre cuando se utilizan las palabras para ha-

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY1NTA=