RDD-N37-Marzo-2025

20 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 37 - MARZO 2025 Explica Buller (2010) que, si las funciones ejecutivas son capacidades mentales capaces de coordinar la acción humana, entonces, será necesario generar autoinstrucciones internas para regular el propio lenguaje interior. Ahora bien, ¿por qué constituyen un elemento transcendental en el desarrollo cerebral del niño? Sastre (2007) da respuesta a estas cuestiones planteando que sobre las funciones ejecutivas recae la gestión del tiempo, la flexibilidad cognitiva, la supervisión, junto a la capacidad de adaptación y la inhibición. Cordero y Tirapú (2018), sostienen que la función cerebral ejecutiva no es unitaria, sino que alude a un compendio de habilidades multimodales: • Planificación: capacidad para seleccionar, organizar, secuenciar y desarrollar las tareas necesarias para la consecución de un objetivo establecido. • Control inhibitorio: resistencia de un individuo a la información no relevante o transcendente. • Flexibilidad cognitiva: capacidad de adaptación ante situaciones cambiantes y, por ende, generar nuevos patrones de conducta o pensamiento. • Monitorización: supervisión del proceso cognitivo y reajuste del mismo para una adecuada y coherente respuesta. Verdejo y Bechara (2010), afirman que las funciones ejecutivas están situadas en la parte prefrontal; región frontal de la corteza cerebral que se desarrolla más tardíamente, ocupando tras su desarrollo, un tercio de la superficie del encéfalo. Dicha superficie está enriquecida por conexiones neuronales como se recoge en la Figura 1. Por su relación directa con la regulación y coordinación de las funciones ejecutivas, será preciso profundizar en el área prefrontal denominada por Flores y Otrosky (2012) como cajón organizador de las funciones ejecutivas, pues planifica, dirige y da fluidez a dichos procesos; además de controlar los demás lóbulos cerebrales. A nivel neuroanatómico, dicha área se ubica en el lóbulo frontal y es la responsable de las funciones ejecutivas. Siguiendo la Figura 2, pueden diferenciarse tres subáreas funcionales que conforman con su extensión un 30% de la corteza cerebral. Las tres a las que se alude responden a funciones encargadas del control ejecutivo, aunque con los matices que a continuación se describen. La neuroanatomía de las regiones cerebrales abordadas en este apartado se encuentra en constante desarrollo y maduración cognitiva gracias a la flexibilidad neuronal existente en el encéfalo y zonas colindantes. En consecuencia, será necesario profundizar en cómo las funciones ejecutivas van adquiriéndose en cada una de las etapas del desarrollo psicoevolutivo. ÁREAS FUNCIONALES DEL LÓBULO FRONTAL Zona cerebral Posicionamiento desempeñada Función cerebral Corteza motora primaria Delante de la cisura de Ronaldo Responde a la actividad motora voluntaria Corteza premotora Antepuesta al área motora primaria Programa la motricidad voluntaria para una correcta secuencia Área de broca En la parte inferior del área premotora Centro del lenguaje emocional y expresivo Área prefrontal Antepuesto al lóbulo frontal Zona por excelencia para la regulación de las funciones ejecutivas Fig. 1. Áreas funcionales del lóbulo frontal (extraído de Verdejo y Bechara, 2010) Fig. 2. Áreas del lóbulo prefrontal (extraído de Flores y Otrosky, 2012)

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