RDD-N36-Diciembre-2024

50 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 36 - DICIEMBRE 2024 Las estrategias o actividades asincrónicas son aquellas que se dan fuera del tiempo sincrónico de una clase, en el caso de este apartado se consideran aquellas estrategias que además de ser asincrónicas no implican el tener acceso a internet. Algunas de las estrategias anteriormente mencionadas son ejemplos de actividades que pueden darse de manera asincrónica como: esquemas, planteamiento de problemas cotidianos, actividades de autoevaluación, mapas conceptuales, análisis de casos, resúmenes, líneas de tiempo, analogías o comparaciones etc. (Andrés et al, 2020). Por tanto, la mediación virtual aporta una metodología que puede ser novedosa y deseable siempre y cuando se genere un sistema social que garantice el acceso de las poblaciones más vulnerables y exija a nivel Ministerio el efectivo desarrollo del aprendizaje. En este camino, las estrategias para que los docentes y los conocimientos sean transmitidos y reflexionados debe trascender la disposición individual a un sistema organice y garantice estas formas educativas, si no, veríamos un retroceso en la educación más que el aprovechamiento de las tecnologías para incrementar las capacidades de las niñas, niños y adolescentes. Así, la mediación virtual debe ser toda una metodología pedagógica y no solo una plataforma tecnológica. Sin embargo, la autonomía no debe ser confundida con el abandono a los y las estudiantes, o el delegar las funciones de aprendizaje al entorno familia. Deben tomarse medidas y estrategias diferenciadas entre estudiantes con acceso a los equipos tecnológicos e internet respecto a aquellos que no tienen acceso. Por ejemplo, utilizar aplicaciones que son de acceso generalizado como WhatsApp para distribuir la información y las explicaciones de los contenidos, en el caso de estudiantes que no cuentan con los recursos para seguir sincrónicamente las clases virtuales o acceder a los contenidos en línea. Es un hecho que la aplicación de la enseñanza virtual incorpora retos que no estuvieron presentes antes de la emergencia sanitaria y a la vez, revela problemáticas que ya se venían arrastrando a nivel del sistema educativo y que no tuvieron la atención pertinente. Así, actualmente, la brecha digital se ha convertido en una problemática a nivel mundial y un factor de exclusión educativa. Los hogares más pobres son a la vez, los que no cuentan las herramientas para que niños, niñas y adolescentes puedan incorporarse de manera efectiva en las clases sincrónicas, revisar materiales didácticos e implementar el proceso de aprendizaje autónomo. El acceso a internet es limitado o inexistente para algunas poblaciones estudiantiles, así como, los aparatos tecnológicos, por tanto, las modalidades de enseñanza virtual deben generar estrategias para que dichos estudiantes “no se queden atrás” en el proceso de aprendizaje, ni sean expulsados del sistema educativo. Se deben formar a las y los docentes para que puedan implementar metodologías sincrónicas y asincrónicas en los modelos de enseñanza. La explicación de los contenidos debe ser un aspecto insustituible en el proceso educativo, esta, debe llegar a todas las niñas, niños y adolescentes del país. A su vez, la planta docente debe tener los conocimientos básicos para poder crear e implementar metodologías enfocadas a los contextos de sus estudiantes, así, poder asegurar que los conocimientos estén llegando a todo el estudiantado. Entonces, la virtualidad debe ser una herramienta pero que no sustituya el dialogo y la conexión pedagógica entre los docentes y lo estudiantes. A nivel institucional del MEP, sí, se deben crear los materiales, plataformas, aplicaciones y suministrar el acceso a los dispositivos y aparatos tecnológicos. Pero, también, debe crear estrategias viables y eficaces para que la problemática de la brecha digital no recaiga en las y los docentes ni en los familiares. Al mismo tiempo, para que el estudiantado esté participando de un proceso de aprendizaje real, colectivo y dirigido por las y los docentes. Entonces, se debe desarrollar una estrategia que sea tanto sincrónica como asincrónica, para que las y los estudiantes puedan acceder al conocimiento independientemente de las limitantes tecnológicas que se puedan presentar a nivel de hogar. Finalmente, el Estado debe generar mecanismos de acceso digital y tecnológico para las poblaciones más empobrecidas. De igual forma, climas familiares óptimos para la población menor de edad. Esto, en coordinación con las diferentes instancias educativas y sociales. Para así, empezar a disminuir desde ya, factores que ponen en riesgo la inclusión y permanencia en los sistemas educativos costarricenses. Las niñas, niños y adolescentes deben permanecer aprendiendo y la sociedad costarricense no debe permitir un retroceso en los modelos de enseñanza y de universalización de la educación.

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