RDD-N35-Septiembre-2024

que puede crear confusión al no ser comprendido, y nosotros, como maestros, daremos las pinceladas exactas y necesarias al infante para que, dentro de la oscuridad y los tonos fríos asociados con la muerte y la pérdida, se pueda hallar un significado cálido y sentimental que dé sentido a todo el proceso. Para ello, los docentes necesitamos formación permanente para aportar al alumnado las herramientas y estrategias necesarias, así como para reconocer los síntomas y emociones que puedan surgir, con el fin de actuar de manera inmediata y de calidad. A través del juego podemos realizar actividades lúdicas que aborden aspectos del duelo y la muerte en momentos específicos, como la celebración de Halloween o el Día de Todos los Santos, para introducir esta temática. A pesar de ser una realidad dolorosa, se puede adaptar a la mentalidad infantil a partir de las emociones. Es importante esta labor preparatoria desde el aula porque, tarde o temprano, todo niño se enfrentará a la muerte; muchos lo harán durante la adolescencia, pero hay un número que, por estadística, vivirá la pérdida de un familiar cercano, como los abuelos, y se requiere de una preparación. Por ello, trabajar este hecho dentro del grupo de referencia es motivo suficiente para que los adultos superemos el temor de abordar en la escuela el fallecimiento de un ser querido por parte de nuestros escolares e ir introduciendo estos temas. Debemos desechar ideas erróneas, como pensar que los niños no perciben la realidad, que no experimentan el duelo y que, por ello, debemos sobreprotegerlos. Aunque tengan dudas y confusiones, perciben la realidad y experimentan el duelo de manera diferente, manifestando, por ejemplo, comportamientos anómalos, como pasar de la risa al llanto, o expresando actitudes que difieren de su comportamiento habitual. No necesitan sobreprotección, sino acompañamiento. Los momentos de enseñanza a partir de conversaciones o vivencias, como el duelo, nos permiten transmitir conocimientos desde lo cotidiano, a través de un aprendizaje más significativo y práctico, lo que facilita a los alumnos comprender mejor lo que queremos enseñarles. Como profesores, junto con el apoyo del equipo o departamento de orientación de nuestros centros, buscaremos momentos de tutoría y calma para cuidar lo que queremos comunicar y cómo lo vamos a llevar a cabo. Algunos familiares prefieren no incluir a los niños en los rituales de despedida para evitarles un sufrimiento mayor, y pueden informarnos de ello o incluso pedirnos pautas y orientaciones sobre cómo afrontar la situación, que es tan delicada. En los casos en que los propios niños muestren interés en participar, es recomendable no alejarlos de la realidad, y puede lograrse a través de dinámicas simbólicas de despedida, realizadas en casa o en la escuela, para ayudar al alumno a gestionar y expresar sus emociones, facilitando así el proceso de duelo. El familiar, junto con el apoyo del centro educativo, puede ofrecer al niño una serie de herramientas para entender mejor lo que sucede, gestionar la culpa o la frustración, y embarcarse en un aprendizaje emocional en el que el menor exteriorice sus sentimientos, aunque sea de una forma atípica, sin subestimar su capacidad de entendimiento. El aula facilita alcanzar el objetivo de tratar el duelo y la muerte en ámbitos educativos porque la escuela inclusiva permite reflexionar, enseñar y aprender de todas las vivencias personales de los escolares. Es importante señalar que el duelo infantil ocasiona una necesidad educativa que debe ser abordada con inmediatez en el aula, para evitar consecuencias negativas en el desarrollo cognitivo, psíquico, afectivo y social del niño. Con la educación emocional, proporcionamos los cauces necesarios para guiar y acompañar al alumno en el fallecimiento de un ser querido y alcanzar su bienestar personal sin omitir ninguna fase o ciclo del duelo, interesándonos por su estado anímico, proporcionándole los recursos que mejor se adapten a la nueva situación y reuniendo las evidencias y observaciones de compañeros, docentes y familiares para ajustar el proceso de aprendizaje a su realidad. 7 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 35 - SEPTIEMBRE 2024

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