RDD-N35-Septiembre-2024

34 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 35 - SEPTIEMBRE 2024 La ira también se podría trabajar en el aula con clips o fragmentos de películas como Precious, To Sir with Love o, incluso, con Los Increíbles. Hay películas que tratan directamente sobre este tema, como Inside Out (que tiene un personaje que es la ira) o Control Total (comedia que trata sobre un hombre que debe ir a clases de control de ira tras un incidente). Con estas películas se ofrecen oportunidades para discutir y reflexionar sobre la ira y las estrategias para manejarla. Si se trabaja la ira en clase a través de películas, lo primero que hay que tener en cuenta es que se deben elegir películas con personajes que se enfrenten a situaciones que despierten la ira y que aprendan a manejarla. Se preparará una sesión para ver la película (o los fragmentos más representativos para trabajar la ira). Posteriormente, se fomentará la discusión en clase sobre los temas presentados (se pueden emplear las preguntas de las actividades anteriores). También se puede animar a los estudiantes a identificar las estrategias que pueden haber utilizado los personajes para lidiar con la ira (pueden incluir técnicas de respiración, contar hasta cien, etc.). Se puede trabajar también con la aplicación de las situaciones de la película, llevándolas a la vida real, preguntar a los alumnos si han pasado por una situación parecida, cómo la gestionaron, qué estrategias podrían aplicar. Se pueden proporcionar a los alumnos ideas para manejar la ira, como juegos de roles o crear planes de acción personalizados para la gestión de la ira en situaciones específicas (por ejemplo, en el aula). Una vez vistas algunas posibles actividades para trabajar con los alumnos en clase, procedemos a dar algunas recomendaciones para los docentes. De este modo, podemos partir de un conocimiento básico para abordar posibles situaciones que se den en el aula y así estar más preparados. Al igual que se trabaja con los estudiantes, los profesores podemos prepararnos para las diferentes situaciones: • Es importante mantener siempre un tono tranquilo y sosegado con el alumno enfadado, sin elevar el volumen de voz. • En la medida de lo posible, hay que evitar confrontaciones públicas y no tomar el comportamiento del alumno de forma personal. • También podemos utilizar la técnica del volumen fijo para ayudar a la otra persona a bajar su tono de voz. • Practicar la autoverbalización para mantener la calma y evitar reacciones impulsivas (esto implica hablar en voz alta, pedir mantener la compostura, invitar a relajarse a los alumnos). • Es recomendable aplicar la técnica del semáforo. Esta técnica divide la situación en colores, atendiendo a la situación: rojo para detenerse y reconocer que se está perdiendo el control, amarillo para intentar relajarse, y verde para buscar soluciones a la situación. • Se recomienda utilizar el lenguaje no verbal, como gestos y miradas tranquilas, para transmitir calma. • Hay que llamar la atención del alumno de manera relajada y clara para invitar a la calma. • Para intentar mantener el control de la situación, hay que reconocer que hay diferentes motivos detrás de la reacción del alumno y ayudarle a canalizar su ira. • Se pueden emplear técnicas de relajación, como respirar y contar hasta cierto número, o permitirle salir un momento de clase o ir al baño. • Por último, debemos practicar la escucha activa al hablar en privado con el alumno, preguntándole por los motivos de su reacción e intentando que se dé cuenta de cómo su comportamiento le afecta a él mismo y a los demás. Si seguimos estas recomendaciones y llevamos a cabo las técnicas previamente descritas, estaremos manteniendo el control de una situación tensa e incómoda, pero actuaremos de forma relajada, lo cual ayudará a encauzar la clase y también ayudará al alumnado a gestionarse en un momento de exasperación. Todo ello contribuirá a un ambiente más empático, tranquilo y calmado tanto para el profesorado como para los estudiantes. La ira es una emoción que experimentamos todos en algún momento. Sin embargo, no tenemos por qué pasar un mal rato. A través del conocimiento y la práctica de técnicas de control de la ira, podemos aprender a reconocer, gestionar y trabajar esta emoción en el aula. Al ofrecer apoyo y orientación a nuestros jóvenes, y al cultivar una cultura de empatía y comprensión, podemos preparar el camino hacia una convivencia más pacífica y armoniosa para todos. Bibliografía • García, A. (1993). Estado actual de los componentes hostilidad/ira/agresión: Su relación con la reactividad psicofisiológica y la enfermedad coronaria. Revista Facultad de Humanidades de Jaén, 2(3), 87-106. • Muñoz, J. V. (2015). Expresión de ira y violencia escolar: Estudio en una muestra de alumnos de ESO de la región de Murcia. Universidad de Murcia. • Pérez, M., Redondo, M. y León, L. (2009). Aproximaciones a la emoción de ira: De la conceptualización a la intervención psicológica. Revista Electrónica de Motivación y Emoción, 11(28). • Solís, D. D. R. M. (2018). Reestructuración cognitiva y control de ira. Universidad Rafael Landívar. Recuperado de: http://186.151.197 • Spielberger, C. D., Miguel, J. J., Casado, M. I. y Cano, A. (2001). Inventario de expresión de ira estado rasgo 2–STAXI 2. TEA. Pedrosa, M. (2024). Estrategias para el manejo de la ira en entornos educativos. Herramientas prácticas para profesores y educadores. Campus Educación Revista Digital Docente, 35, 31-34. Disponible en: https://www. campuseducacion.com/revista-digital-docente/ numeros/35/ Cómo citar:

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY1NTA=