52 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 34 - JUNIO 2024 co de la Educación Primaria, concretamente en la asignatura de Educación Física, teniendo una muy buena aceptación y unas evidentes ventajas respecto a la metodología tradicional. Con todo esto, se ha visto, además, una gran proliferación de estudios en torno a la simulación como recurso positivo en los estudios universitarios de Magisterio (Gaintza-Jauregi, 2020). Creación de una simulación La estructura estándar de los elementos que conformarían un escenario óptimo para llevar a cabo la estrategia de la simulación estaría compuesta de un título definitorio; la delimitación de los fundamentos teóricos; unos objetivos educativos; unos recursos y materiales necesarios; la fase de preparación; el tiempo de reflexión; y finalmente, las referencias bibliográficas básicas. Veamos algunas orientaciones esenciales sobre dicha estructura. • Con respecto al título, éste debe tener relación con el escenario que se abordará durante la práctica de simulación. • En cuanto a los fundamentos teóricos, es necesario que la propuesta de simulación se apoye en ciertas justificaciones didácticas, pedagógicas y normativas a partir de las cuales se avale y respalde su idoneidad. • Entre los objetivos, se deberá describir el objetivo general y los objetivos específicos de la propuesta, todos ellos en consonancia con el con el escenario de la simulación y que incluyan la relación de competencias específicas a desarrollar. El objetivo general irá relacionado con las habilidades de diagnóstico y relación, como por ejemplo “determinar la causa de…”; “apuntar las posibles consecuencias de…”; o “delimitar una propuesta para…”. Los objetivos específicos serán más concretos y podrán vincularse con varias competencias. • Para el correcto desarrollo de la propuesta se tendrán que detallar los materiales que se necesitan en cada escenario para la simulación. • Sobre las referencias, se sugiere que la bibliografía sea actualizada, al menos, de los últimos siete años. • Con respecto a la fase de preparación, o prebriefing, es interesante no perder de vista que el componente integral de las experiencias de aprendizaje basadas en la simulación clínica pasa por un diseño que se conecte con la teoría del aprendizaje basado en la experiencia, de modo que debe otorgar al alumno tiempo para identificar los resultados esperados y diseñar su plan de acción (Bravo y Valle, 2018). • Para el tiempo de reflexión, o debriefing, es el momento en donde se discute el caso clínico. Se identifica este periodo como la estructura mental que se ha elaborado para llegar a un diagnóstico tras reunir todos los hallazgos durante la simulación y por medio de las distintas pruebas y experimentos abordados (León-Castelao y Maestre, 2019). Como mencionamos previamente, una vez establecidos los elementos clave, es fundamental diseñar cuidadosamente el escenario de simulación. Se requiere una guía detallada que especifique las acciones y roles que los estudiantes deben asumir durante la actividad en el aula. Esto incluye definir el lugar y el ambiente donde se desarrollará el escenario, así como identificar las fortalezas y debilidades de los participantes, los recursos disponibles y el tiempo asignado para la simulación. Es importante estar preparados para ajustar el escenario según las decisiones que tomen los estudiantes, utilizando recursos como los “salvavidas” o “live-savers”. Además, es crucial distinguir entre dos conceptos clave: ruidos y señales. Los ruidos en la simulación son estímulos que pueden distraer y generar debate y discusión entre los miembros del equipo, lo que fomenta la toma de decisiones. Por otro lado, las señales son estímulos diseñados para orientar a los estudiantes hacia los objetivos del escenario. Durante el desarrollo del escenario, el docente proporcionará tanto señales como ruidos, los cuales serán percibidos por los estudiantes como preguntas, síntomas o signos emitidos por el simulador, y actuarán como moduladores durante el proceso de simulación clínica. La cantidad de señales y ruidos utilizados dependerá de la experiencia de los participantes; por ejemplo, se pueden emplear más señales y menos ruidos si los estudiantes son inexpertos, y viceversa si tienen más experiencia (Bravo y Valle, 2018). Diferentes estudios señalan que se debe utilizar esta práctica como estrategia educativa poniendo énfasis en la organización de los escenarios bien estructurados que beneficien el debriefing y resalte la importancia del ambiente. El proceso de evaluación de todos los escenarios certificará la calidad académica de la propuesta. Por tanto, respecto a la simulación se concluye que: - - Lo que se aprende haciendo, y actuando en situaciones cercanas a la realidad, sirve para que los alumnos se den cuenta de la importancia en la labor del profesional. - - La simulación permite un aprendizaje válido para el futuro profesional. - - La simulación mejora las destrezas y las relaciones interpersonales. - - La simulación favorece la interacción que se genera trabajando de forma grupal y desarrollando distintas habilidades sociales y personales. - - Favorece la imaginación y la creatividad. - - Mejora la comunicación, la confianza y la coordinación. - - Aumenta la retención de conocimientos a largo plazo. - - Disminuye la ansiedad en el estudiante.
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