RDD-N34-Junio-2024

38 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 34 - JUNIO 2024 vada surge espontáneamente como verbalización, susurro o murmullos en el juego y la resolución de tareas (Atencio y Montero, 2009), mientras que en el aprendizaje, por ejemplo, la autorregulación es un concepto consolidado como una función cognitiva básica para procesos meta cognitivos (Zachariou y Whitebread, 2015). En la exploración infantil de la relación del habla privada con la autorregulación, también se ha encontrado implicancias de las funciones ejecutivas. Reyes, Barreyro e Injoque-Ricle (2015) investigaron el rendimiento de las funciones ejecutivas en una población infantil principalmente en tres actividades: la alternancia o shifting, (foco atencional); la actualización o updating (monitorear de información en la memoria) y la inhibición (suprimir respuestas automáticas e ignorar información irrelevante), esenciales en la realización de distintos tipos de tareas. Las funciones ejecutivas son esenciales para el aprendizaje, mientras que el habla privada permite la autorregulación necesaria para llevar a cabo tareas con capacidad ejecutiva (Thibodeaux et al., 2019; Winsler et al., 2011). Así mismo, el habla privada se ha investigado como una herramienta reguladora de emociones. La autorregulación que surge del habla privada, incluye componentes cognitivos y afectivos capaces de beneficiar el rendimiento del niño durante una tarea. Los niños pueden regular su estado emocional interno mediante el habla (murmullo, vocalizaciones, habla privada). Si los niños pueden autorregular sus emociones, podrán regular sus conductas y lograr experiencias de aprendizaje de forma independiente (Day y Smith, 2013). La independencia que logra el niño al ser capaz de hacer una tarea de forma autónoma, implica autorregulación e internalización del aprendizaje. Hablar de internalización es hablar de un niño aprendiz que gradualmente se apropia de conocimientos que antes hacía externamente, como el paso del habla privada a planificar mentalmente lo que debe hacer. Es decir, es la operación de planificación y autorregulación interno que antes se hacía externamente (Vygotksy, 1934). El aprendizajemusical y su capacidad organizadora El aprendizaje musical es inicialmente procedimental, enfocado en desarrollar destrezas melódicas y rítmicas, como un paso previo a cualquier construcción de significado y dominio (Berrón, Balsera y Monreal, 2017) implicadas en la capacidad de organización de una tarea compleja. El desarrollo de estas destrezas, se refiere específicamente al desarrollo de destrezas vocales y/o instrumentales. En definitiva, los procesos cognitivos en el aprendizaje musical o adquisiciones de dominio de un instrumento musical se desarrollan a modo de destrezas gracias a la práctica constante de tareas prácticas, constituyendo así el aprendizaje musical (Herff, Olsen y Dean, 2018). Roden, Grube, Bongard y Kreutz (2014) afirman que aprender a tocar un instrumento musical puede influir en aspectos de la memoria de trabajo, afectando estrategias cognitivas en diferentes tareas de rendimiento cognitivo. Los niños de enseñanza primaria que aprenden música, se benefician en aspectos cognitivos relacionados con el procesamiento de la información auditiva y la memoria de trabajo (Jurado, 2016; Roden et al., 2014). El uso de un artefacto o dominio de un instrumento musical permite ver el habla privada no solamente como lenguaje verbal sino como entonación espontánea en la resolución de la tarea (Thibodeaux, Bock, Hutchison y Winsler, 2019). Es decir, el habla privada es un fenómeno que puede existir en la regulación de la demanda cognitiva y en la autorregulación emocional como canto privado en tareas musicales. Posiblemente, el habla y canto privado constituyan futuros procesos de internalización mediante la resolución de tareas. Por ejemplo, Thibodeaux et al. (2019) investigaron el habla privada, el canto privado y el tarareo en un grupo de 58 niños de entre 4 y 8 años realizando tareas de funciones ejecutivas, tales como la flexibilidad cognitiva y la batería de atención selectiva (SAT), que aumentan acumulativamente. En 20 niños, surgió el habla y el canto privado para la resolución de las tareas. Los niños que no utilizaron el canto ni el habla privada, tuvieron bajo rendimiento en el control inhibitorio. Podemos afirmar que el aprendizaje musical en niños pequeños, ya sea como canto o como tarareo, ayuda a la labor del habla privada de organizar y autorregular una tarea. El habla privada en tareasmusicales Las tareas musicales requieren una alta demanda cognitiva, encontrándose que en niños con entrenamiento musical la atención y la memoria poseen un entrenamiento que les compromete a rendir en determinado tipo de tareas por más tiempo (Ferreri y Verga, 2016). En el proceso de aprendizaje, sin embargo, el interés es opuesto al rendimiento y es cercano al análisis de procesos de autorregulación y control de emociones, generalmente motivados por la frustración (Day y Smith, 2013).

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