RDD-N34-Junio-2024

20 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 34 - JUNIO 2024 la forma de vivir, de enfrentarse a los problemas, en cada uno de los puestos de trabajo, y a la hora de mantener relaciones interpersonales. Por todo esto es importante trabajar este tipo de pensamiento en Infantil e también en etapas posteriores y contribuir, así, al desarrollo de la intuición, la imaginación y la originalidad, entre otras capacidades necesarias para la creación de nuevos conocimientos. Si se parte del hecho de que todos los niños son creativos por naturaleza y que dicha creatividad es innata desde edades tempranas, se podrá optar por metodologías que, de manera transversal, apuesten por continuar fomentando ese pensamiento creativo más allá de la edad infantil, con el objetivo de fomentar el desarrollo de alumnos prácticos, que puedan resolver problemas para adaptarse a las necesidades cambiantes del mundo que les tocará vivir y que sepan cumplir con los requisitos que demanda el mundo laboral actual y las dificultades que la vida plantea. Pensamiento divergente y creatividad El pensamiento divergente contempla varias opciones que desembocan en respuestas múltiples, pudiendo ser todas ellas correctas según el prisma con el que mire, satisfaciendo criterios de originalidad, inventiva y flexibilidad, a diferencia del pensamiento convergente con el que sólo existe una solución correcta para cada problema (Guildford, 1965). A través del pensamiento divergente, la creatividad se expresa o refleja en la invención, el descubrimiento, en la capacidad para encontrar nuevas soluciones modificando los habituales planteamientos o puntos de vista, dando la oportunidad de renovar antiguos esquemas o pautas. Pero, el pensamiento divergente es un síntoma de creatividad, un concepto que ha sido estudiado por numerosos expertos a lo largo de los años, mostrándonos definiciones diversas que aglutinan varios de sus aspectos. Según Guilford (1965) para crear algo novedoso se ha de evitar y no recurrir a lo seguro, lo esperado, a lo evidente o lo fácil, ya que impide que se desarrolle la creatividad. Según este autor, la creatividad se refiere a las aptitudes de las personas que crean, a sus características como creadores en las que destaca la fluidez, flexibilidad, originalidad y el pensamiento divergente. Esta creatividad no es algo exclusivo de algunas personas, sino que existe en todas en mayor o menor medida. Para Torrance (1992) la creatividad es un proceso en el cual es posible ser receptor a los problemas, de reconocer dificultades, ordenar hipótesis que éstos presentan para comunicarlo posteriormente. En verdad, puede afirmarse que la creatividad es un proceso que comienza con el pensamiento divergente, por medio del cual se genera una idea original que es valorada, culminando en un producto, proceso o servicio innovador. Por tanto, como proceso que es se puede aprender y desarrollar, de manera que el énfasis se debe posicionar en el desarrollo de ese pensamiento divergente, que será el causante de que surjan nuevas ideas. Creatividad es “pensar fuera de la caja”, la capacidad de pensar más allá de lo esperado, establecido o lógico, la capacidad de imaginar, crear, inventar nuevas ideas, conceptos, objetos… desde un pensamiento divergente, surgiendo así diferentes enfoques y respuestas a una misma situación. En estas creaciones hay que tener en cuenta que para que algo se considere creativo ha de ser original, útil y sorprendente. ¿Elementos inhibidores y que fomentan la creatividad? Para el desarrollo de la creatividad se pueden destacar elementos o factores que propician y fomentan su desarrollo, así como otros que lo inhiben. Lorraine (2008) y Rodríguez (2005) destacan los siguientes elementos como inhibidores del desarrollo de la creatividad: la televisión y video juegos, no tomar decisiones, el orden excesivo puede ser tan enemigo de la creatividad como lo puede ser un ambiente inestable y caótico, un ambiente lleno de perjuicios y superficiales, la inseguridad, sentimientos de culpa. A estos podemos añadir la mala gestión del error como la penalización con la que además de matar la creatividad, su autoestima se ve mermada. El aprendizaje por repetición, recepción y memorístico. Dichos autores también mencionan los siguientes elementos que fomentan el desarrollo de la creatividad: los juegos de construcciones, las manualidades, disfrazarse, maquillarse para el teatro o carnaval,

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