5 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 31 - SEPTIEMBRE 2023 La emoción de un aprendizaje feliz Palabras clave: Neuroeducación; Educación Infantil; Aprendizaje Significativo; Emociones; Metodología. Abstract: This paper aims to analyze a proposal on neuroeducation and its principles to achieve significant learning that respects students’ emotions and self-experiences. The latest studies indicate that to improve the learning process, it’s necessary to know how the human brain works. Key words: Neuroeducation; Early Childhood Education; Significant learning; Emotions; Methodology. Neuroeducación ANA ISABEL GARCÍA MARTÍNEZ • Graduada en Magisterio de Educación Infantil y Educación Primaria • Mención en Inglés y en Audición y Lenguaje • Máster en Competencias Docentes Avanzadas • Lorca (Murcia) En este trabajo se pretende desarrollar una propuesta para llevar a la práctica los principios de la neuroeducación para alcanzar un tipo de aprendizaje significativo en el que estén implicadas las emociones y la propia experiencia de los estudiantes, ya que los últimos avances nos aseguran que para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje es fundamental conocer cómo funciona y cómo aprende el cerebro. La neurociencia es el conjunto de disciplinas científicas que agrupan el estudio del sistema nervioso, donde se encuentra el cerebro (Mora, 2017). Estas disciplinas, en la actualidad, están demostrando que pueden ser una valiosa aportación para la práctica docente, surgiendo lo que se ha llamado Neuroeducación y Neurodidáctica, que conduce al intento de conocer cómo aprende nuestro cerebro, acercando, por tanto, el conocimiento de las neurociencias a la aplicación de metodologías dentro de la escuela. Teorías evolutivas sobre el cerebro Siguiendo a una de las más conocidas teorías evolutivas del cerebro, encontramos el modelo de Mac Lean (1997) que lo divide en tres partes, cada una de las cuales posee funciones propias pero con desarrollos y sistemas neurales interconectados. En primer lugar destaca el cerebro reptiliano, situado en la parte superior de la médula espinal, llamado así por ser el más primitivo e instintivo, el que no podemos controlar, y cuya función es actuar o responder ante amenazas o estados fisiológicos del organismo. Por otro lado, el cerebro límbico, o emocional, que se encuentra envolviendo al anterior y pegado a la corteza cerebral, por lo que codifica las emociones y está muy relacionado con el aprendizaje. Y, finalmente, el neocórtex, o cerebro racional, de más reciente aparición en la evolución humana, y responsable de nuestra consciencia, capacidad de razonamiento y pensamiento lógico, y en cuya parte prefrontal se encuentra la sede de las funciones ejecutivas, que permiten gestionar a los anteriores y tomar las decisiones oportunas. En los estudios de Mac Lean (1997) se afirma que uno de los grandes retos educativos en la actualidad es saber cuál es el papel que juegan estos “diferentes cerebros” en el aprendizaje, es decir, cómo aprende el cerebro. Del mismo modo, se han estudiado las relaciones que existen entre las emociones y pensamientos, y la capacidad posterior que se tiene de poder ejecutar proyectos de una forma eficaz. Mora (2013) apuesta por afirmar que el cerebro y, por tanto, los seres humanos, solamente podemos aprender aquello que amamos. Dichas aseveraciones se fundamentan en el hecho de que la puerta de entrada al conocimiento ha de ser la emoción ya que con ella se despierta la curiosidad y se abren las ventanas de la atención, lo que pone en marcha los mecanismos neuronales del aprendizaje y de la memoria.
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