48 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 31 - SEPTIEMBRE 2023 que aportaba conocimientos y un conjunto de alumnos que los recibía. Era una relación de una sola dirección. Sin embargo, el concepto de enseñanza y el papel del educador han ido evolucionando y adaptándose a los cambios. Se han ido modernizando no solo en esa forma simple de entender el traspaso de conocimientos sino también en relación a todos los elementos que forman parte del aprendizaje. El maestro ya no se ve como un elemento único de conocimiento, sino como una parte (esencial) de este proceso, pero no la única. Además, el alumnado es también una parte importante de la enseñanza, no solo una caja vacía que llenar. En el cine, vemos numerosos profesores que entienden la enseñanza como un proceso de doble dirección y que ven en sus estudiantes personas independientes con identidad propia y que pueden aportar mucho en un aula, haciéndola única, especial e interesante. Por ejemplo, en la película “El club de los poetas muertos” (Peter Weir, 1989) vemos al Sr. Keatin, un profesor que enseña a sus alumnos a pensar más allá de lo establecido y a perseguir sus sueños. Les enseña la belleza de la literatura, la poesía, las artes y, lo más importante, les enseña a pensar por sí mismos en una escuela y un tiempo en los que eso no era lo habitual. También, la película “La sonrisa de Mona Lisa” (Mike Newell, 2003) que refleja la realidad de una universidad, en los años 50 en los Estados Unidos, en la que vemos a una profesora de historia del arte, Katherine Watson, que pretende cambiar la visión tradicional y conformista de las jóvenes a las que da clase. Trasladando esto a la realidad de nuestro tiempo, podemos entender al profesor como un elemento de cambio y una fuente de inspiración para crear alumnos libres y con pensamiento crítico. La figura del alumno en el cine Los alumnos son los que dan sentido a todo el trabajo docente. Es a quienes va destinado todo el proceso y en base a quién debe ser construido. Las escuelas y los docentes deben escuchar a los niños, saber cuáles son sus inquietudes, intereses y necesidades como base para sus aprendizajes. No podemos pensar que los alumnos del siglo XXI son los mismos que los del siglo XX. Y, como no son los mismos, su educación no puede ser la misma. Por tanto, profesores y escuelas deben adaptarse a la evolución y los cambios que se producen en la sociedad y en las nuevas generaciones. Desde la forma de hablar con ellos hasta los materiales que usamos en el aula. Todo debe basarse en las personas a las que está destinado. La idea de poner en el centro de la enseñanza al alumno se ve claramente en muchas películas. Veamos algunos ejemplos. • “Mentes peligrosas” (John N. Smith, 1995): En esta película vemos un claro ejemplo de cómo una profesora se adapta a sus alumnos para atraerlos y ganarse su confianza y así conseguir que aprendan y se gradúen. Se trata de un grupo de alumnos/as con problemas sociales y bastante conflictivos que nadie consigue educar hasta que llega LouAnne, una exmilitar reconvertida en profesora que cree en ellos y encuentra la forma de integrarse y ayudarles. • “La lengua de las mariposas” (José Luis Cuerda, 1999): Esta película cuenta la historia de Moncho, un niño miedoso que se incorpora a la clase de Don Gregorio, un profesor de la vieja escuela. Ambos forman un firme vínculo cuando se adaptan el uno al otro y se produce el aprendizaje de manera natural. Es importante entender el momento en que está ambientada esta película: 1936, la Guerra Civil española. • “Billy Elliot: ¡quiero bailar!” (Stephen Daldry, 2000): Otro ejemplo de adaptación por parte de una maestra a un alumno incomprendido. Esta película cuenta la historia de Billy, un niño que tiene un sueño que nadie, excepto su abuela y una profesora, entiende: quiere ser bailarín de ballet. Tiene habilidades para ello, pero no tiene opciones. Su vida transcurre entre la simpleza, la precariedad y una huelga de mineros en la que participan su padre y su hermano mayor. Es su profesora de baile la que consigue entender su sueño y ayudarle a perseguirlo. Cine, educación e inclusión El cine también es un reflejo de las realidades educativas que tenemos en las aulas. Puede ser una forma de visibilizar esas realidades y darles la importancia que tienen. Existen muchos tipos de educadores y de alumnos y todos forman parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. Entendemos inclusión como un proceso de incorporación y participación de todas las personas en la sociedad. En el caso de la educación, se trata de incluir a todos los alumnos en las actividades que se proponen en el aula. Para esto, es importante tener en cuenta las características del alumnado y sus necesidades para llegar a los objetivos. El profesor tiene un papel fundamental en este terreno, ya que debe ser quien organice las horas en el aula atendiendo a todos los estudiantes que hay en ella. Esto se refleja muy bien en el cine. Hagamos un pequeño repaso de algunas películas que se centran en el alumnado con necesidades educativas especiales y en cómo el profesor marca la diferencia en su proceso de enseñanza-aprendizaje. • “El milagro de Ana Sullivan” (Arthur Penn 1962): En esta película vemos a una maestra, Ana Sullivan, que quiere ayudar a una adolescente, Helen, que es sorda y ciega y que arrastra varios traumas debido a distintos problemas familiares. La joven no se deja ayudar por nadie hasta que su maestra, Ana, consigue derribar las barreras que tiene esta niña y le da herramientas para convivir con su condición física.
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