RDD-N31-Septiembre-2023

17 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 31 - SEPTIEMBRE 2023 Recuperacióndel folclore en el ámbito educativo Palabras clave: Asustaniños; Ogros; Cocos; Monstruos; Hombre del Saco; Sacamantecas; Miedo; Folclore; Tradición. Abstract: For generations, the scarechilden have been a very effective resource for the education of kids, however, these figures are something much more important than a simple strategy for corrective work on child behavior. These creatures are located between the real and the fantastic, and they are part of our culture and tradition. These monsters completing our folklore, the essence of our identity and all of we are, so it is our duty to preserve their survival and we have to prevent them from falling into oblivion. Keywords: Scarechildren; Ogres; Cocos; Monsters; Boogeyman; Sacamantecas; Fear; Folklore; Tradition. Asustaniños: monstruos, ogros y cocos MARÍA JOSÉ ROMÁN MUELA • Diplomada en Magisterio de Educación Infantil • Licenciada en Pedagogía • Directora de Formación de Campuseducacion.com • Directora pedagógica de Campus Educación Revista Digital Docente • Editora de contenido en ITEC Desarrollos Digitales, S.L. • Investigadora sobre mitología comparada, Tradición, iniciación y estudio de las religiones Desde hace generaciones, los asustaniños han sido un recurso muy efectivo para conseguir que los más pequeños sean dóciles y obedezcan, sin embargo, estas figuras son algo mucho más esencial que una simple estrategia para las labores correctivas del comportamiento infantil. Esta gran caterva de seres que se sitúan entre lo real y lo fantástico son parte de nuestra cultura y nuestro folclore, completando, junto a otras tradiciones, la esencia de nuestra identidad y de todo lo que somos, por lo que es nuestro deber preservar su supervivencia y evitar que caigan en el olvido. En estos tiempos tan edulcorados, en donde se regraban los diálogos de las películas para hacerlos aptos a todos los públicos, los cuentos se reescriben para incluir la perspectiva de género, y las imágenes de tabaco son convenientemente pixeladas de fotografías y escenas, resulta desorbitado plantear el asunto de la conservación de la tradición con respecto a ogros, cocos y demás seres inquietantes que pueda amedrentar la paz de los menores en base a los presupuestos morales actuales. Paradójicamente, en toda esta andadura hacia lo políticamente correcto y desde la obsesión por reconfigurar ideas y conceptos para preservar los derechos de la infancia alejándola de contenidos de carácter explícito, parecen no preocupar en la misma medida las escenas de sexo y violencia gratuitos que pueden visualizarse con tan sólo apretar un botón y que están al alcance de cualquier niño o niña a través de un simple telediario o, peor aún, un vídeo musical. Dejando a un lado la reflexión que sobre todo esto podríamos esgrimir, resulta evidente que la utilización de monstruos para educar mediante el terror a nuestros niños es algo que se aleja del modelo educativo de hoy día e, incluso, de lo considerado como aceptable por buena parte de la sociedad. Y, aunque sea un tema aparentemente controvertido y radicalmente a la contra de la opinión general, nos esforzaremos a lo largo de las siguientes líneas por reivindicar el papel fundamental que ejercen estos asustaniños no sólo en las labores puramente pedagógicas, sino también en la conservación de nuestro folclore, que no podemos permitir que continúe deteriorándose. Ogros, cocos y demás personajes siniestros Decir que las comitivas de endriagos, salidas de las historias más pretéritas y dispuestas a apabullar a nuestros retoños, merecen un atento estudio para tanto la comprensión de los procesos históricos, sociales y culturales vividos en nuestro país, como para el correcto tratamiento de traumas y regresiones de la infancia y pubertad, es algo que a la pedagogía actual, esa que viste corbatas y tacones, rellena complejos in-

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